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"Esta es una interpretación simbólica del libro del       "Génesis" 
Con ello no pretendemos crear discusiones. Solo buscamos mostrar el mensaje encerrado detrás de la letra en las escrituras, vista desde un punto de vista espiritual y simbólico...

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"É X O D O    X X"
Los Diez Mandamientos

1.- Y HABLÓ DIOS TODAS ESTAS PALABRAS DICIENDO:

Ha llegado el momento de alcanzar el nuevo nivel que Dios ha anunciado para los seguidores de la idea de Dios;

Durante todos estos capítulos anteriores se ha estado anunciando el momento en que el pueblo de Israel ha de presentarse ante Dios en el desierto para ofrecer sacrificios.

Ahora es la presentación de los dictados de la Conciencia Universal que será derramado sobre la tierra. Cuando dice habló Dios a… significa que nuevos conceptos provendrán del Máximo Sentimiento de Perfección que habita la dimensión ideal hacia la dimensión manifestada.

Es el contacto entre causa y efecto. El fondo sobre la forma.
Ahora se van a producir los elementos renovantes de la conciencia humana, la cual, por medio de esos dictados o palabras del ideal de perfección va a sufrir una transformación desde su raíz;

Es el implante de una nueva semilla en el hombre, que va a producir sus frutos a través de los siglos de cosecha.

2.- YO SOY EL SEÑOR DIOS QUE TE SAQUÉ DE LA TIERRA DE EGIPTO DE LA CASA DE SERVIDUMBRE.-

Por supuesto que el más importante de los dictados es el reconocimiento de que Dios es la causa original de todos los efectos.

En todos los capítulos de la Biblia, se ha estado constantemente diciendo que la razón por la que el hombre puede abandonar su condición pasional, animal, es Dios.

Esto lo vimos en la constante recordación de que fue Dios el que sacó a los hijos de Israel de casa de servidumbre.
Este es el principio primordial de toda la Biblia. Es la base de la fe, sin la cual no hay evolución posible, ya que la conexión entre las dos dimensiones solo se realiza por medio de ella.

Cuando se actúa movido por el poder que la fe representa surgen las concepciones que parten de la altura más elevada del hombre.

Es como la ley que mantiene en equilibrio todos los componentes del Universo, que no se ve, pero está presente en el resultado de la ley de justicia que reina en todos los cuerpos que gravitan en el espacio, que aunque no puede verse el resultado de esa fuerza, ésta obra y produce el maravilloso orden que suspendo a todos los cuerpos celestes unidos por una misma condición.

En el hombre esta fuerza tampoco se ve, pero se siente por igual; dicha fuerza gravitacional es la fe.

Por eso el primer mandamiento es precisamente comprender que esa fuerza es motivada por Dios, que aquí vemos es la fuerza que sacó al hombre de la servidumbre de la carne, representada por la tierra de Egipto.

3.- NO TENDRÁS OTROS DIOSES DELANTE DE MÍ.-

Hemos analizado la idea de Dios desde un punto de vista simbólico y hemos tratado de mostrar que toda causa es considerada como Dios ya que es la razón de todos los acontecimientos derivados de la misma. Vimos también como la idea de Dios se presentó en distintos niveles y que con cada nivel esa idea fue tomando nuevas y mayores magnitudes.

Ahora decimos que toda causa proviene de Dios y que sus efectos son la imagen representativa de dicha causa.

De esto se desprende que todo aquello que motive una serie de efectos puede ser considerado como un dios o causa de esas acciones.

Cuando el hombre establece su razón de conducta de una idea, sea esta cualquiera que fuere, está siguiendo la idea de "un dios" o fuerza de actuación que es la razón o causa de lo que se mueve.

Así podemos llegar a la conclusión de que todo cuanto ocurre, de manera directa o indirecta es el producto de Dios como causa inicial de todos los efectos.

Si desligarnos una de estas causas de la raíz original, y lo achacamos a otra fuerza, automáticamente estamos rompiendo la armonía que esto produce.

Por ello vemos que el primer mandamiento que Dios establece para el hombre es el conocimiento de que Dios es la causa de todos los hechos ocurridos en la tierra de Egipto, casa de servidumbre a las cosas de la carne.
Y así mismo establece que es el Dios de sus padres, manteniendo la cadena armónica de causa y efecto en todo momento, desde el pasado hasta el presente y con miras hacia el futuro en ese mismo sentido.

Cualquier rompimiento de esta cadena separa a Dios como la fuerza central de todo acontecimiento y se establece la separación de una de las partes como independiente del todo.

Estamos tratando de llegar al punto de poder distinguir claramente cuál es la base de la idolatría, o la idea de tener otros dioses delante del verdadero.

Por eso lo hacemos partiendo de la base de que toda causa es factible de interpretarse como un dios, sin tener relación alguna con la causa original que en realidad fue la que la ocasionó.

Al seguir cualquier principio desligándolo de la condición original de que todo está obrando para mostrar la magnificencia del obra acorde con Dios con un fin preestablecido por Éste se inicia la adoración o depósito de confianza en "dioses" ajenos, ya que se pierde el objetivo principal, que es la armonía de todos los efectos para manifestación de la causa original como unidad perfecta;

Comprendemos la dificultad para entender estos principios ya que en niveles anteriores hemos estado preparando la idea del bien y del mal estableciendo lo uno como la conducta positiva, y lo otro como la conducta negativa, creando un sentimiento de premio y castigo propio y adecuado para los niveles más bajos de la conciencia, y que aquí, por este medio, estamos reinterpretando ambos como positivos para la causa original.

Ahora estamos llegando a la altura espiritual que establecerá el monte Sinaí como la base del establecimiento de la razón como forma de conducta futura del hombre con el fin de eliminar las impurezas o mistificaciones que puedan existir provenientes de otros niveles. Esto es lo que conoceremos como la santificación que es estado de purificación de la causa original o Dios como único ser.

Si consideramos el versículo que ahora estamos analizando desde el punto de vista puramente literal, podríamos entender que existen otros dioses o fuerzas que no obedecen a la causa original de todas las fuerzas, creado un estado de temor a dichas causas o fuerzas que aquí llamamos dioses, y que podemos llamar espíritus o demonios o cualquier otro nombre que identifique alguna fuerza que obre sobre el hombre haciendo que se pierda la fe que es la encargada de mantener la cadena de este principio sólidamente establecido partiendo de la base de que todo procede de la misma causa original.

Al decir que no tendrás otros dioses se le puede dar categoría de dioses a esas otras fuerzas perdiendo la fuerza del primer concepto que establece que la única fuerza o causa de todos los efectos es Dios, que como vimos fue el primer mandamiento donde aclara que todos los acontecimientos, buenos o malos, de aquellos sucesos fueron motivados por la misma causa original, Dios.

Por eso al señalar que toda idea de Dios es una manifestación de Él, estamos preparando el camino para poder entender el segundo de los principios como una consecuencia del primero.

Una vez entendido esto y aceptado, es fácil seguir el camino ya que partimos siempre de una razón inicial, Dios, que es la guía de toda manifestación, ya sea que el hombre la considere buena o mala, siempre estará por este esto, ya que es perfecta como Dios es perfecto y no es causa de imperfecciones, haciendo así que todas las causas son perfectas para la realización de sus planes.

Igual que dijimos que Dios es la causa de la salida de Israel de la tierra de Egipto, así podemos decir que el abandonar o salir de las cosas de la carne sólo es posible por medio de Dios., ya que únicamente puede existir una causa o condición para toda conducta.

Esta causa claramente establece que no debe existir ninguna causa o dioses ajenos que motiven la conducta del hombre que no sea la de abandonar las influencias del cuerpo que aquí llamamos las cosas de la carne, puesto que automáticamente se rompe la cadena armónica de causa y efecto hacia la unidad de la fe abriendo camino hacia las correcciones establecidas para mostrar lo inútil de tal actitud.

Así podemos decir que cualquier actitud encaminada a la satisfacción de los apetitos individuales, es la adoración de otros dioses en sustitución del Dios verdadero que señala la unidad de la fe y la voluntad de obrar hacia el Todo, apartándose de la individualidad que separa al hombre de la causa original.

Esto lo podemos ampliar grandemente llevándolo a todos los niveles de la conciencia, pero siempre partiendo de esta misma base de que la causa de todas las causas y efectos es Dios, como causa original.

De esta forma podemos enfatizar categóricamente que todos los esfuerzos del hombre deben estar encaminados en una sola y definitiva dirección y que al abandonar las fuerzas que rigen este principio es desviarse del objetivo principal de todo el concierto de la creación que es la unidad de la fe, como parte de la armonía universal.

Haciendo esto se estará obrando acorde con el ideal de perfección estableciendo la causa original como única y verdadera, que es el principio general de todas estas escrituras así como de todas las interpretaciones que de ellas se deriven.

4.- NO HARÁS PARA TI ESCULTURA, NI SEMEJANZA ALGUNA DE LO QUE ESTÉ ARRIBA EN EL CIELO, NI DE LO QUE ESTÉ ABAJO EN LA TIERRA, NI DE LO QUE ESTÉ EN LAS AGUAS DEBAJO DE LA TIERRA.-

La escultura es el símbolo representativo de una cosa, no es la cosa misma, sino la representación de ésta.

De esta manera vemos que tratar de representar algo que parezca ser igual a otra cosa, lo podemos interpretar simbólicamente como una escultura.

Esto desde el punto de vista literal lo podemos considerar como la sustitución de lo verdadero por lo falso.

Si lo miramos desde el punto de vista simbólico, podemos decir que muerte sustituye a la vida, o lo que Es se sustituye por lo que NO ES. Partiendo desde ese punto de vista podemos interpretar que todo intento de sustituir a Dios por un ideal cualquiera es la fabricación de una escultura espiritual.

En el primer nivel interpretativo de las cosas se busca la eliminación de los impedimentos elementales, que en estas circunstancias son las figuras literales de las otras naciones, cuyas inclinaciones estaban orientadas hacia la adoración de objetos materiales representativos de sus aspiraciones, todas de índole material, encaminadas a la preservación de la vida del cuerpo.

Con esta ley se intentaba diferenciar a Israel de los demás pueblos de la tierra en el orden material en el primer nivel, y más tarde, por medio de las profecías, en el orden interpretativo simbólico que podemos entender a medida que las escrituras avanzan en la conciencia del hombre.

Nada debe ser elevado a los ojos del hombre desde el punto de vista material, toda vez que el hombre veía a Dios en los astros celestes, así como en las manifestaciones de la naturaleza o en la figura de los animales o piedras de formas y colores raros, o en la profundidad misteriosa de los mares y los fenómenos que de ahí se derivaban.

Todos estos puntos literales mantenían la atención del hombre atraído por la rareza y el poder de las cosas en su condición externa. Como dijimos, la Biblia es un libro de niveles interpretativos y no es posible eliminar nada de ella cuando alguna indicación de la misma no parezca tener validez o no se conozca su verdadero significado, ya que deja de tener uso por parecer inútil.

El objetivo primordial está en eliminar el atractivo material de las cosas para manifestar la naturaleza espiritual de las mismas en los nuevos niveles intelectuales de la conciencia humana.

La adoración de imágenes, aunque no se ha perdido en su totalidad su vigencia en el orden literal entre los pueblos de la tierra, vemos que ha sido abandonada en una parte considerable de los hombres que representan el nivel de conciencia que debía surgir de este principio.

Vemos, a la misma vez, que aunque haya una diferencia en el orden externo, y una parte de la conciencia humana haya abandonado la práctica literal de las cosas, en el orden simbólico aún no ha comenzado siquiera la eliminación de la adoración de lo falso en lugar de lo verdadero.

Estos principios, cuya base es imprescindible que se lleva a la práctica hasta la saciedad, tratan de liberar al hombre de su atención hacia lo externo de las cosas. Vemos que en la escultura no se manifiestan los valores verídicos de la imagen en su positiva manifestación, perdiéndose el estudio de los rasgos que hizo que lo real fuera notable como para que no se le venerara.

De esta forma, los valores que la imagen representa se pierden al dejar de analizarse los mismos como enseñanzas al pensar que se obtiene ventajas o atributos sin alcanzarse los valores verdaderos que la imagen intenta representar externamente.

5.- NO TE INCLINARÁS A ELLAS, NI LES DARÁS CULTO; PORQUE YO SOY EL SEÑOR DIOS; DIOS CELOSO QUE VISITO LA INIQUIDAD DE LOS PADRES SOBRE LOS HIJOS HASTA LA TERCERA Y LA CUARTA GENERACIÓN DE LOS QUE ME ODIAN.-

El inclinarse representa la dedicación o sumisión a un hecho o idea de algo.

El establecimiento de un culto se interpreta simbólicamente como la dedicación o práctica de lo que se somete como sistema.

Con estas dos indicaciones se resume claramente la idea de que la práctica o dedicación a una idea ajena a la establecida por las ordenanzas divinas es el complemento de la prohibición de la erección de estatuas que ya vimos era una falsa representación de la verdad.

Estamos viendo gradualmente la manifestación de un proceso encaminando definitivamente a orientar debidamente al hombre en sus aspiraciones advirtiendo que no se debe emplear ningún sistema o práctica nacida de concepciones ajenas al objetivo principal de la creación del hombre, que es el ser aspirante a la unidad de la fe que hará positiva la razón para lo que fue concebido.

Esto se remata con la afirmación de que este es el ideal que domina sobre toda manifestación representada. Al establecer que es el Señor Dios, no deja lugar a dudas de que es el centro de todas las acciones y base de las mismas.

El celo representa la atención constante a lo que se posee.
Primero se establece qué es el poseedor o centreo de todo, después se afirma que es celoso, dando a entender que la relación de vigilancia es constante, donde no escapa ninguno de los factores que le pertenece.

Cualquier digresión del orden pasa por las depuraciones necesarias hasta llegar a su punto de perfección. Aquí lo vemos hasta la tercera y cuarta generación como dando a entender que se le depura en toda su magnitud sin dejar lugar a dudas.

Y por último vemos una referencia al odio.
Si establecemos el amor como el deseo de la unidad y la armonía de las cosas afines, el odio sería lo opuesto, o sea, la repulsión o discordia entre los elementos de distinta formación.

Así quedan sellados todos los fallos posibles con relación a la práctica de actitudes que puedan romper el ritmo de balance universa, que está celosamente guardado por el patrón central y base de toda manifestación universal y suprasensorial, o encima de los sentidos.

6.- Y QUE USO DE MISERICORDIA CON LA MILÉSIMA GENERACIÓN DE AQUELLOS QUE ME AMAN Y GUARDAN MIS MANDAMIENTOS.-

Vemos la diferencia existente de la conducta positiva cuyos resultados se extienden hasta su última consecuencia, ya que se le asocia con el UNO, que es la idea de Dios infinito, asociada con los ceros que eleva sus incógnitas hasta los tres niveles de la perfección.

La misericordia simboliza la afinidad o acuerdo a los fallos que puedan existir y que provocan desventajas. Esa palabra, de extensísimo uso, se aplica para la representación de los niveles del amor, siendo uno de los pilares de dicho concepto.

El alcance de este concepto lo coloca como la base de la unidad de la fe ya que establece el requisito de sentir los fallos o dolores de la contraparte.

Al estar acorde con las miserias ajenas, se forma un sentimiento de compensación que hace que se rompan las propias estimaciones para iniciar un proceso armónico que elimine dichas miserias. Esto como podemos comprender crea los lazos para la unidad de la fe, ya que por este medio se empieza a entender las debilidades ajenas como propias, formándose el segundo paso que sostiene las bases del amor y la comprensión.

El amor, al igual que todas las compensaciones, tiene siete niveles, cada uno de ellos compuesto de tres ciclos, de manera que no es posible alcanzar ese nivel si antes atravesar los estados señalados en los días de la creación del Universo que vimos en el Génesis y que sirve de modelo para todas las interpretaciones de los proceso bíblicos.

Al decir que Dios creó el mundo y sus habitantes en seis días y descanso en el séptimo llamándolo día de reposo, nos abre el camino para todas las manifestaciones que se emprendan, ya que por medio de esto se nos manifiesta que nada es concebido en un solo día o etapa, sino que lleva un proceso de evolución y depuración hasta alcanzarse el momento supremo de ver el resultado de la obra realizada, donde se descansa o se detienen los cambios o evoluciones para ver en perfecto funcionamiento la obra emprendida.

7.- NO TOMARÁS EL NOMBRE DEL SEÑOR DIOS, TU DIOS EN VANO; PORQUE EL SEÑOR DIOS NO TENDRÁ POR INOCENTE AL QUE TOMARE SU NOMBRE EN VANO.-

El nombre, como vimos en capítulos anteriores, establece el cúmulo de cualidades que representa una cosa.

Al mencionar un nombre automáticamente se está representando las cualidades y características de lo que se menciona, se está haciendo visible todo aquello que lo representa.

El nombre de Dios no es una palabra, ni un símbolo mágico cuya sola mención produzca efectos de alguna clase.

Este nombre es solamente la imagen representativa de todo lo que encierra ese nombre, sus atributos, sus poderes, su total manifestación como tal.

Cuando se toma el nombre, no significa que se mencione, sino que se ponga en práctica lo que dicho nombre significa o representa. Se está haciendo una representación del mismo por medio del título que esto representa.

Por otra parte vemos que la vanidad es uno de los pilares del odio, y es la antítesis de la misericordia.

Así como la misericordia es el reconocimiento de los dolores ajenos y los fallos del prójimo, la vanidad es el sentimiento de superioridad o indiferencia ante otra situación a la que se desprecia.

Claro que la vanidad como tal es la acción de algo que no arroja resultados de ninguna clase, como dice su raíz, es vana, sin resultado. Pero en su análisis o búsqueda de las raíces, vemos como todas las palabras tienen una base o principio que las asocia con una idea en sí.

En el nombre de Dios, que como dijimos representa el cúmulo de sus cualidades, no se puede asociar nada que conduzca a la discordia que se proscribe en cada uno de los mandamientos.

Por ello la vanidad está señalada como uno de los elementos más nocivos para la consecución de lo anhelado.

Dijimos que cada palabra está asociada con una idea o principio a la cual pertenece. Ahora vemos dos palabras que cada una de ellas tiene su significado definido y asociado con la idea que las concibe. Dios representa la justicia que vemos representada como una balanza en equilibrio donde todos los factores están pesados con equidad.

La justicia reconoce cual de los lados está siendo afectado por una acción. Esto se manifiesta por el reconocimiento de que no se está añadiendo nada que rompa el balance, considerándolo inocente o por el contrario el atentar contra el nivel armónico de las cosas se le llama culpable.

Por eso dice que el uso del nombre de Señor Dios en vano, no ha de ser mencionado como inocente.

No establece culpabilidad, sino que niega la inocencia, como dando a entender que se le quitan valores a la parte positiva de la balanza que muestra la justicia de Dios.

Este es el fallo verdaderamente consecuente, al establecer como parte del proceso evolutivo, elementos que no conducen a nada, que son vanos.

Este mandamiento es definitivamente uno de los de mayor trascendencia, y que es la base del conocimiento de por qué a pesar de todos los esfuerzos del hombre por cumplir los ceremoniales religiosos, y de erigir templos fastuosos y altares impresionantes, no le libran de los tormentos de las guerras y los conflictos constantes que el hombre sufre.

Y es que vemos que en lugar de misericordia, se emplea la vanidad donde comprendemos que al final de la vanidad está el odio así prometido por Dios a los seguidores de Su palabra.

Por ello vemos que cada palabra tiene una raíz de procedencia y por ello hay una diferencia entre la raíz santa que nace del Espíritu Santo y la raíz diabólica que nace del espíritu de las tinieblas.

8.- ACUÉRDATE DEL DÍA DEL DESCANSO PARA SANTIFICARLO.-

Este es uno de los capítulos más difíciles de interpretar y el que ha causado mayores controversias entre todas las religiones establecidas.

El interpretar literalmente este día cambia totalmente el aspecto de todo lo que estamos buscando. Desde el primer capítulo del Génesis pudimos darnos cuenta de que los días son días en el sentido simbólico.

Partiendo de esta base, no podemos relegar algo tan importante como uno de los mandamientos a un simple ritual que hasta lo asociamos con Dios, como si

Éste detuviera sus acciones durante el séptimo día partiendo del punto de vista de la medida de tiempo que el hombre utiliza.

No cabe duda que en Dios no existen los días como el hombre los ve, Ya hemos visto que existe el pasaje donde este día de Dios es como mil años para el hombre.
  • Porque mil años son a tu vista como el día de ayer que ya pasó, y como la vigilia de una noche. (Sal 90:4)
Así podemos decir, sin lugar a dudas, que el propósito del mandamiento es algo más que la simple ordenanza de descansar un día de las semanas en la medida de tiempo del hombre.

Partiendo de la base de que el siete establece el día de la perfección, ya que así lo hemos visto empleado en todas las escrituras, vemos el día del reposo como el día de la perfección de todas las cosas al llegar a su estado armónico de equilibrio perfecto, donde todo está unido a todo, eliminándose las controversias.

De esta manera, este séptimo día es el momento de reposo para el espíritu del hombre, ya que ha alcanzado su punto de equilibrio con el Todo.

La función primordial de la Biblia, es el hacer que el hombre alcance su perfección llegando a ser como Dios en su imagen perfecta.
  • Perfecto serás para el Señor tu Dios. (Det 18:13)
En otras interpretaciones nos dice que el significado de la palabra es "íntegro", en otras sin "mezcla", pero todas las palabras como atributos de la perfección.

La santificación de este día, acaba de rematar el curso de esta interpretación ya que asociamos la santidad con la perfección.
  • Y habéis de serme hombres santos (Ex 22:31)
  • Porque yo soy el Señor Dios vuestro; por lo mismo os santificaréis, y seréis hombres santos, porque yo el Señor, vuestro Dios, soy Santo (Lv 19:2)
Y así, una y otra vez hace la indicación de alcanzar la santidad de Dios, Como Él Es.

En esta forma vemos que este día de reposo, no es un día de reposo no es un día de reposo como el día del hombre, sino como el establecido por Dios. Vemos como se establece el reposo de Dios como algo necesario de alcanzar y que exige condiciones para ello.

El reposo en Dios se obtiene precepto sobre precepto, línea sobre línea, un poco aquí, y otro poco allá.
  • Este es el descanso con que habréis de hacer descansar al cansado, y esta es la tranquilidad, mas no quisieron escuchar. Y en efecto la palabra del Señor Dios les era precepto sobre precepto, línea sobre línea, aquí un poco, allí otro poco. (Is 28:12)
No son rituales, ni ofrendas lo que establece la condición de santidad del hombre ante Dios.
  • No traigáis más ofrendas vegetales inútiles; el incienso me es ya abominación; el novilunio, y Sábados, y la convocación de asambleas; no puedo aguantar iniquidad y días solemnes. (Is 11:3)
Y culmina diciendo que el día del reposo es el momento en que el hombre deje de seguir sus propios apetitos, y establezca la justicia de Dios como base de conducta.
  • Si apartares tu pie del día del reposo, de hacer tu gusto en mi día santo, y llamares el día del reposo una delicia , santo al Señor Dios y honorable, y le hicieres honra, no andando en tus propios caminos, ni hallando tu propio placer, ni hablando palabras ociosas; entonces te deleitarás en el Señor Dios, y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te alimentarás de la herencia de tu padre Jacob, porque así lo ha dicho la boca del Señor Dios. (Is 58:13-14)
No cabe duda que el día del reposo es algo más profundo y más importante que el mero hecho de darle descanso al cuerpo durante un día a la manera del hombre.

Es más bien darle reposo al espíritu del duro bregar con las cosas del mundo y con los apetitos de la carne que le imponen la dura tarea de refrenar nuestras pasiones para hacernos convivir en paz y armonía de acuerdo con las obras santas del Espíritu Santo de Dios.

Para entrar en el reposo hay que alcanzar un grado espiritual que el hombre debe conseguir eliminando todo aquello que le hace ajeno a las cosas de Dios y su armonía perfecta.
  • Pues hasta ahora no habéis llegado al descanso y a la herencia que el Señor Dios te da. Mas cuando paséis el Jordán y habitéis en la tierra que el Señor Dios os hace heredar, y cuando Él os haya dado descanso de vuestros enemigos alrededor de modo que habitéis seguros. (Det: 12:9 -10)
Esto claramente establece que el reposo es una condición que se ha de alcanzar cuando se llegue a cruzar por las purificaciones que el río Jordán simboliza como lavatorio de los pecados y cargas del espíritu antes de alcanzar el grado de perfección que producirá el reposo verdadero, el del espíritu, que es donde cuenta.

Pero para ellos se establece una condición previa y la vemos con el versículo anterior a esto.
  • No habéis de hacer según todo lo que hacéis el día de hoy, donde cada cual hace lo que es recto a sus propios ojos. (Det 12:8)
Esto es lo que hace que entren los mandamientos de Dios para el hombre, donde vemos que todos son ordenanzas para la salud del espíritu, está colocado este mandamiento de observar el día del reposo, como una de las indicaciones más importantes, aún antes de los preceptos tan importantes como Honra a los padres, No matarás, No robarás, etc., que son, en el orden literal si así lo queremos ver, más importantes que el establecer un día para descansar.

El día de reposo llegará en esta forma que nos es anunciada.
  • Hasta que sea derramado sobre nosotros el Espíritu desde lo alto, y el desierto se convierta en campo fructífero, y el campo fructífero sea refutado como selva. Entonces morará la rectitud en el desierto, y la justicia habitará en el campo fructífero, y la operación de la justicia será la paz, y el resultado de la justicia, calma y confianza para siempre, y mi pueblo habitará en mansión de paz, en moradas seguras en reposos tranquilos. (Is 32:15-18)
9.- SEIS DÍAS TRABAJARÁS Y HARÁS TODA TU OBRA.

Estos seis días significan el tiempo necesario para efectuar la evolución total del proceso que se persigue.

En esta forma veremos que todo proceso de formación consta de períodos o etapas que podemos catalogarlos como días.

Así cada día significa un período de tiempo indefinido en el orden simbólico.

El final de este proceso será su punto de perfección, donde se verá el resultado de la empresa llevada a cabo.

Siempre podemos analizar el proceso de los días tomando como punto de comparación la creación como molde interpretativo.

Por ejemplo, veremos que los números obedecen a las combinaciones que rigen el Universo, de donde podemos interpretarlo así.
  1. Es el punto de partida donde no se ha efectuado aún nada de lo que se espera alcanzar. En la creación del Génesis vemos que la tierra estaba sin forma y vacía y que lo primero que surge es la luz. Esta luz está identificada con la imagen de Dios y representa el conocimiento de lo que se persigue, Por ello interpretamos el UNO, como Dios o punto de partida de las cosas, es la luz del Universo.
  2. El dos establece la separación o división, donde se descompone el uno y se pierde el principio armónico que lo representa. En la creación vemos que ello corresponde a la división de las aguas, donde se establece la diferencia existente entre la luz y la sombra. Los conceptos que formarán la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto se separan y forman los niveles que conocemos como lo bajo y lo elevado del espíritu, que son las aguas de abajo y las de arriba, donde hay una expansión entre ambas, que es el proceso de la diferencia.
  3. Este es un número definitivamente creativo. En él vemos como se establecen los niveles de todas las categorías. Es el punto más demostrativo de la creación, donde todos los elementos quedan establecidos en su posición evolutiva definiendo todos los niveles y características de dicha creación. En el proceso bíblico de la creación vemos que en el día tercero se forman los mares, los cielos y la tierra, y a la vez se manifiestan las características más definidas de cada uno de los niveles: Hierbas, árboles, planta que da simiente, etc. Quedan preparadas las bases para la otra mitad del proceso que ha de durar lo mismo que el primero, será otra tríada.
  4. Ahora comienza la diferencia entre un nivel y el otro. Se forman las lumbreras o estados más destacados de los niveles. Vemos ahora la separación entre el conocimiento y la ignorancia, la diferencia entre la tiniebla y la luz. En este día cuatro podemos ver la entrada de la conciencia o el espíritu del mundo, ya que se hace la diferencia entre la lumbrera mayor y la menor, que representan la gracia y la ley, ya que la ley alumbra las tinieblas y rige durante la noche de la ignorancia y el sol es la lumbrera mayor, que es la gracia que rige durante la claridad del día del entendimiento. Hemos visto el modelo de formación de cualquier proceso evolutivo, donde cada día señala el avance de la evolución que dicho proceso va presentando. Ahora las condiciones están listas para introducir los elementos que han de ser evolucionados en este escenario que ya tiene sus reglas y condiciones establecidas.
  5. Este día establece la vigencia de las cosas. Es la llegada de la vida, la posibilidad de conducta por medio de la representación de lo ya establecido desde antes. Al producirse las almas vivientes, podemos señalar que se trata de las características de actuación de cada forma de vida. Estas son las conductas anteriores al hombre en su verdadera expresión. En el Génesis vemos que éste es el surgimiento de todos los animales representando la naturaleza primitiva del hombre, cuando éste es movido por su condición como tal, o sea con conducta animal.
  6. Este número simbólicamente representa al hombre. Es la imitación imperfecta de Dios estableciendo el último paso de la creación, ya que en él se resumen todos los pasos anteriores que son necesario atravesar para llegar al mismo. Para llegar a este estado es necesario pasar todos los anteriores ya que son la base del mismo. Ahora está manifestando una forma inconclusa que ha de ser puesta en práctica por el hombre.
Así vemos que durante seis etapas o días para Dios, se efectúa toda la evolución que ha de servir de ayuda para llegar al punto de perfección que se persigue.

Por ello vemos que se dice que en seis días trabajarás y harás toda tu obra. En ello se manifiesta que el proceso que vimos espiritualmente formulado en el libro del Génesis de la creación, ahora se manifiesta en esta representación que ha de mostrar al hombre como la obra de Dios.

10.- MAS EL DÍA SÉPTIMO ES DÍA DE DESCANSO, CONSAGRADO AL SEÑOR DIOS; NO HAGAS EN ÉL OBRA ALGUNA, TÚ, NI TU HIJO, NI TU HIJA, NI TU SIERVO, NI TU SIERVA, NI EL EXTRANJERO QUE HABITA DENTRO DE TUS PUERTAS.-

Este día séptimo establece el punto de referencia de un proceso. Todo lo que se ha estado persiguiendo se alcanza y se ve el resultado de lo que se ha estado buscando funcionando a cabalidad.

Todos los niveles del espíritu están representados por los siete estados de la perfección.

Esta consagración a Dios hace que se considere este proceso, que se representa aquí en la Biblia como la manifestación de la obra de Dios en el hombre, que es uno de los niveles de la creación en el Génesis.

Hemos estado mencionando la creación del Génesis pero sin aclarar que esta creación era la planificación de los acontecimientos que habrían de representarse posteriormente en el alma del hombre. O sea, no estamos mirando el mundo que conocemos como el resultado de las cosas que se persiguen, sino que analizamos el mundo espiritual que se presenta ante nuestras mentes a través de las imágenes que dicho mundo espiritual nos manifiesta por medio de los ejemplos de los hombres que escenifican los comandos u órdenes que se desprende de ese otro plano.

Así podemos decir que la vida, como tal, no es esta visión finita transmutando constantemente y con esta efímera duración, sino que la misma se está produciendo en otros planos desconocidos o invisibles a nuestros sentidos donde los resultados tienen trascendencia infinita, ya que quedan plasmados como atributos de la sustancia divina que conocemos como Dios.

Al llegar a este punto de la perfección, desconocido aún para el hombre como ente material, todos los procesos dejan de ser en una forma, para comenzar a ser en otra de naturaleza armónica.

Todo aquello que conocemos como la creación dejará de ser.
Por ello vemos que se anuncia que no habrá más obra para ninguno de los elementos que ahora conocemos.

Esta concepción entendemos que resulta complicada de asimilar, pero la base para la misma procede de las expresiones de los profetas donde se habla de la separación del espíritu en retorno a Dios en otra dimensión que se anuncia como los cielos.

Estos cielos que a la mente del hombre natural se presentaban como dimensión azul que se muestras a los ojos del hombre como límite de su visión material toman una naturaleza diferente cuando se habla de ellos como morada de Dios.

Vemos que se hace referencia a los cielos como morada del Señor Dios y nos detenemos a analizar que este concepto ha sido algo que aunque intangible y desconocido al hombre, ha estado presente en la formación de todas las concepciones que se han hecho con relación a las creencias religiosas de todas las generaciones que ahora hablan de ello como algo tangible aunque no se establece a cabalidad su existencia como tal.
  • Porque he aquí que voy a crear nuevos cielos y una tierra nueva, y las cosas anteriores no serán recordadas ni vendrán al pensamiento. (Is 65:17)
Es indiscutible que con este anuncio se abren incógnitas que hacen pensar en estos planos actuales como un estado transitorio en preparación para otra dimensión, inconcebible a nuestros sentidos elementales, pero claramente perceptibles a los ojos de la conciencia liberada de la atadura de las cosas materiales que ciegan los ojos del entendimiento impidiendo el uso de las facultades del espíritu como fuerza reconocedora de estos planos, que aunque externos a nuestra percepción sensorial, gobierna nuestras acciones de una manera supra-sensorial.

No es difícil ver en los movimientos del mundo que vemos con nuestros ojos la mano misteriosa de los hechos que conducen este mundo hacia un rumbo desconocido a las generaciones presentes, pero ciertamente definido para las generaciones futuras encaminándose todas hacia perfecciones desconocidas a cada nivel presente, pero presentes en todo momento con su fuerza misteriosa llevando todas las cosas hacia niveles mas avanzados de la perfección.

De esta manera podemos decir que el momento de percepción del proceso que ha estado formándose a través de los siglos, será el séptimo día para Dios, donde toda su obra será terminada en lo que respecta a lo creado;

Así mismo podemos decir que el séptimo día para el hombre en su condición individual, es cuando siente que está siendo partícipe de ese estado futuro de perfección por medio del cumplimiento de su misión transitoria como parte del proceso activo de ese día del reposo.

11.- PORQUE EN SEIS DÍAS HIZO EL SEÑOR DIOS LOS CIELOS Y LA TIERRA, EL MAR Y TODO CUANTO EN ELLOS HAY. Y DESCANSÓ EN EL SÉPTIMO, POR TANTO EL SEÑOR DIOS BENDIJO EL DÍA DEL DESCANSO Y LO SANTIFICÓ.-

Esta relación que se hace de los días en que se hizo los cielos y la tierra por medio de la voluntad de Dios, es como una especie de plan o carta de navegación para la interpretación de las escrituras de acuerdo con cada nivel, ya que en seis días se estableció las bases de todo lo creado, como dando a entender que cada día o etapa evolutiva tiene sus resultados y sus limitaciones establecidas de acuerdo con el proceso que se persigue.

En versículos anteriores, vimos que las cosas de Dios se obtienen de precepto a precepto, paso a paso, línea tras línea, y que todo no viene de golpe, sino que hay un proceso establecido por una razón superior a la necesidad finita y limitada de cada proceso.

El séptimo día tiene una trascendencia mucho más definida aún que el mero establecimiento de un día de descanso para el hombre y sus derivados, que sólo son una porción infinitesimal de la obra maravillosa que vemos se desenvuelve alrededor del mismo.

Esta bendición del día de descanso obedece a la calificación que dicho momento reclama, ya que todo aquello que encaja dentro de los límites de la perfección está considerado como parte de la naturaleza infinita de Dios.

Así, bendiciendo este día le da categoría de infinito y bendito, cosa que no es solo un término de los que usa el hombre para señalar un hecho, sino que es una condición superior a la capacidad humana que separa las cosas finitas, transitorias y efímeras de las trascendentales e infinitas.

Cada vez que vemos que dice: y bendijo Dios a tal o cual cosa o persona, se le está concediendo el carácter de algo que trasciende al momento en que se está representando el hecho para quedar algo como vigente por toda la eternidad, sea esto lo que sea (nos referimos al concepto de eternidad que aún no hemos definido a ciencia cierta su significado definitivo)

Así podemos asociar el día del descanso con la bendición de Dios, considerando este día como un día de Dios, no en el orden material de interpretar el hombre el tiempo, sino en el orden espiritual de establecer las cosas infinitas de Dios.

12.- HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE PARA QUE SE PROLONGUEN TUS DÍAS SOBRE LA TIERRA QUE EL SEÑOR TE DA.-

Vamos a analizar el concepto de honrar algo.

Este término tiene sus raíces en el honor, que es la exaltación o credibilidad que se le da a algo como positivo.

Al decir que debemos honrar algo se está estableciendo que señalamos ese algo como positivo y aceptable al propósito que se persigue y por tanto lo aceptamos como perteneciente a lo señalado como perfecto.

La paternidad y la maternidad son las raíces de las cuales procede la descendencia o genealogía en el orden material.

De esta forma el padre es la raíz de procedencia y la madre es la raíz de crecimiento y manifestación corpórea o vigente.

Al analizar al hombre en el día de la creación lo hicimos señalando a éste como la expresión de un concepto y a la mujer como la derivación del mismo ya que salió de la costilla de éste en el término simbólico.

Ahora bien, el hombre, que es el padre material de una criatura es el engendrador de la simiente que hace posible la existencia de la nueva criatura que por medio del desarrollo a través de la madre llega a nacer entra en el mundo físico presente materialmente.

En esta misma medida ocurre con el espíritu, donde un concepto, representado por un hombre, impacta o influencia la conciencia de otro, engendrando una semilla de naturaleza espiritual que ha de ir creciendo y alimentándose de las posibilidades de este otro ente y se producirá el nacimiento de una criatura espiritual que tomará cuerpo en el engendrado convirtiéndole en la imagen del que lo engendró.

Vemos esta explicación como algo complicado de entender, pero queremos insistir en la misma con la finalidad de mostrar la diferencia entre el padre y la madre en el orden material, para con ello llegar a la comprensión de cómo el hombre es hijo de Dios simbólicamente, y cómo es el hijo del hombre materialmente.

El nacimiento material de una persona le hace hijo de los que tuvieron contacto material que produjo el cuerpo que saldrá al mundo con la influencia genética de los padres materiales.

De esta forma, el nacimiento de un estado de conciencia dentro de un cuerpo que acepta la directriz de este nuevo estado de conciencia que le engendrara una nueva manera de ser, le hace hijo espiritual de la idea o concepto que le mueve a seguir estos nuevos dictados.

Queremos llegar a la conclusión de que el hombre no llega a ser hijo de Dios, a imagen y semejanza de Éste, hasta tanto no sea engendrado con la semilla del Espíritu Santo, y éste tenga la potencia necesaria, debido al alimento de Su poder, para manifestarse como tal.

Al llegar a este punto volvemos al término de honra que analizamos primeramente para completar de esta manera el significado profundo de la frase o mandamiento que ordena honrar al padre y la madre.

Esta honra se refiere a la paternidad y maternidad espiritual, ya que la naturaleza verdadera del hombre esta ligada a su conciencia que es la que le da su característica de vida y le muestra el camino a seguir en la vida.

Al seguir los dictados de esta conciencia espiritual que asociamos con Dios, al cual establecemos como infinito y eterno, tenemos la certeza dentro del ámbito de nuestra fe, de que aquello que nos mueve a actuar, sea esto lo que sea, espíritu, éter, alma, o lo que sea, tiene naturaleza infinita o eterna y por tanto hace que se prolonguen sus días, que, como vemos señalado aquí en los mandamientos, dice que se prolongan los días sobre la tierra que el Espíritu Santo, que llamamos el Señor, nos da.

Una vez analizado el mandamiento desde el punto de vista simbólico. Podemos decir que el mismo se resume en darle credibilidad y aceptar como verdadero y positivo el engendro de esa semilla espiritual que nos da la oportunidad de participar en el concierto de la creación, y de trascender la naturaleza carnal por medio del espíritu que Dios otorga al seleccionar las condiciones en que se produce un nacimiento de esta naturaleza.

Y volvemos al nacimiento en el orden material dándole ahora categoría de santo ya que Dios estableció las bases para dicho nacimiento, haciendo a unos blancos, a otros negros, a unos judíos y a otros gentiles, unos ricos y otros pobres, etc., de acuerdo con las necesidades de la obra que Dios lleva a cabo, pero ninguno tiene el poder de seleccionar el lugar de su nacimiento, ni las condiciones que le han sido asignadas para cumplir con su parte en la creación que el Señor de los Espíritus le ha asignado.

De esta forma, el desdeñar o renegar de una característica de vida, es una forma de deshonrar al Padre, creador de las cosas del cielo y de la tierra, ya que ¿Qué hemos de ser y que habremos de hacer…? Está preestablecido por la simiente paterna al cual debemos honra para manifestación de la obra de Dios.

La terminología puede conducir a los mismos senderos que las religiones muestran, debido a que toda forma de vida espiritual, es la imagen original de una forma de vida material y viceversa.

Por eso siempre intentamos demostrar que todos los sucesos materiales de la Biblia, no son mas que el reflejo de las imágenes ideales que Dios estableció como ejemplo para las generaciones venideras de manera que fueran engendrados espiritualmente por estos conceptos, haciendo de los engendrados de los mismos, hijos de Dios, por medio de este Espíritu Santo que mostró al mundo a través de sus elegidos.

13.- NO MATARÁS.

Este es uno de los mandamientos que ha sido interpretado y reinterpretado una y otra vez con el fin de justificar o castigar acciones con relación a la eliminación del cuerpo materialmente.

Se alega que no dice literalmente no matarás, sino que se debe interpretar como no asesinarás, estableciendo así una diferencia, racionalizando la ejecución del hecho materialmente por medio de un sofisma interpretativo, donde al darle un significado diferente a una palabra se estable otro significado totalmente distinto en este mandamiento.

Pero como nuestra interpretación persigue la interpretación de los hechos literales sólo como imagen de los símbolos espirituales que representan, queremos comenzar por establecer que matar o asesinar son dos vocablos que muestran la misma acción, pero desde un ángulo diferente, ya que ambos establecen la privación de la posibilidad de cumplir una misión que Dios había establecido para este cuerpo o espíritu que se elimina.

La muerte del cuerpo materialmente establece el fin de la representación individual, de una forma de conducta que se está representando por medio de ese cuerpo. Pero esto no mata o asesina el ideal o forma de vida que este cuerpo individual representaba, ya que en tanto esta característica de actuación tenga vigencia en la sociedad, dicho espíritu, por llamarlo de algún modo sigue vigente y utiliza otros cuerpos para ese propósito que aún sigue siendo apetecible de ser imitado.

Ahora bien, partiendo de la base de que el hombre de Dios establece el "SER", y nada más "ES", podemos decir que todo está señalado para desaparecer o ser finito o morir, excepto aquello que parte de la sustancia del "SER", que es lo único que no muere, por tanto todo lo que se aparta de la idea de Dios está señalado para muerte.

De esta forma, el mandamiento de no matar, es aplicable a todo aquello que atenta contra la pertenencia a lo establecido por Dios, que dijimos es lo único infinito.

Así, este mandamiento tiene una condición en lo material y otra en lo espiritual. Estableciéndose que la muerte verdadera no es la concerniente al cuerpo materialmente, que no muere, ya que nunca ha tenido vida en el orden espiritual, y como polvo, al polvo ha de tornar de donde procedió literalmente, sino que la muerte, si es que esta existe de alguna forma, es la que tiene lugar en el espíritu o concepción de vida que mueve o activa los cuerpos por medio de los dictados que hace a través de la conciencia del hombre.

Al eliminar la fuerza que una norma de vida tiene, cesa de obrar esta ideología en los cuerpos que pudieran servir de instrumentos para la representación de la misma, ya que las conciencias se negarían a representar una conducta que no muestra una razón de vivir así.

Pero volvemos al mandamiento, ya que este parte de la base de causar la muerte o cesación del impulso hacia el obrar, se puede entender que todo aquello destinado a desaparecer, ya que no tiene naturaleza divina, representa la muerte, significaría que el matar estaría relacionado con el hecho de inclinar hacia la conducta que está destinada a morir a aquellos que obren movidos por nuestros ejemplos reflejados en ellos. De esta forma se está atentando contra el espíritu, al cual se le está induciendo hacia la conducta que ha de morir, matando al imitador por medio de la muerte de su espíritu.

De todo lo anterior podemos llegar a la conclusión de que el mandamiento, en su extensión total, hacer referencia a toda forma de manifestación que muestre un aspecto de la voluntad divina dentro del concierto de la creación, sea esto material o espiritualmente, y que no hay justificación alguna para eliminar loo que consideramos para vida, ya que existe por Dios y sólo para Dios.

Pero queda por analizar la parte del concepto que establece que no se debe asesinar, y es la parte que juega con la conciencia como uno de los elementos correctores de la justicia divina.

Si todo aquello que aparta al hombre del camino infinito que señala la vida en Dios lo catalogamos como para muerte, el permitir que siga produciéndose la muerte en su forma espiritual, es una forma de asesinar o matar, ya que se está obrando contra la vida.

Así, el mandamiento tiene vigencia en la muerte de las tendencias que no conducen a la vida, toda vez que obrando contra la muerte, se obra hacia la vida. ¿Confuso?

Esto parece un acertijo, pero en realidad estamos tratando de establecer el porque de las ordenanzas que posteriormente veremos en el pueblo de Israel de matar al cananeo, al pherezeo, etc., etc., donde estas muertes son para vida, ya que se trata de la eliminación de las conductas espirituales que tienen fuerza espiritual para mover cuerpos en representación de una forma de conducta que está señalada a desaparecer por ser contra la naturaleza divina.

Así podemos entender que el matar a estos habitantes, no se refiere a la muerte de sus cuerpos materiales, los cuales como dijimos, no mueren, pues no tienen vida por sí, sino que obran a impulsos de las conductas que obran en sus conciencias, y que son las que deben matarse por medio de la representación de mejores obras y la demostración de la vanidad de las anteriores que están destinadas a muerte.

Toda conducta ajena a Dios es un asesinato ya que manifiesta la muerte para quien la representa, así como para aquellos que la copien.

14.- NO COMETERÁS ADULTERIO.

Este, al igual que todos los demás mandamientos tiene su doble interpretación, a saber, la literal y la simbólica.

El adulterio está relacionado en el sentido literal, con matrimonio, así como a las leyes de limpieza. Haciendo una análisis cierto de la palabra podemos entender que ella está, evidentemente, relacionada con la mezcla de elementos que componer cualquier cosa que se señala sea pura.

De esta base partimos para establecer que el adulterio abarca todo aquello que abandona su posición natural o condición de pureza. Por ello vemos que cualquier desviación que se produzca de la idea original de Dios, que es la unidad de la fe y el amor como finalidad de toda evolución, es un adulterio.

Por supuesto que a medida que profundizamos en los sentidos de la palabra, mayores son las exigencias y más altos los reclamos que se hace.

Podemos decir que en el primer nivel de la interpretación establecemos que cualquier desviación del lazo matrimonial representa un delito de acuerdo con los mandamientos que ordenan que no se debe cometer adulterio.

Pero en el sentido profundo de la interpretación podemos decir que todas las acciones de la vida deben tener un sentido y que el obrar en otro sentido del que se tiene como original se considera una contravención o adulterio.

Por ejemplo podemos pensar que lo relacionado con la actividad comercial no tiene nada que ver con este mandamiento, pero cualquier violación de las reglas de justicia que se consideran parte de esta profesión, marca una penalidad ante el mandamiento, pesas falsas, palabras engañosas, alteración de productos, ganancias desconsideradas, etc., son parte de este mandamiento, así como la actitud del profesional que no obra de acuerdo con los principios humanos para los que su profesión fue concebida, la negligencia al obrar, la indiferencia del servicio, etc., son parte de estas indicaciones que afectan todos los efectos de la vida humana.

Toda actitud del hombre debe estar orientada por el deseo de servir a Dios, del cual se desprende la idea de amor, justicia y misericordia, y cualquier actitud que se realice que no tenga esos derroteros, es una adulteración de la conciencia armónica que Dios fundamento en sus leyes y principios que afectan todas las formas de vida cada una en su medio.

Este mandamiento hace de la conducta humana un ejemplo de santidad, ya que eso es lo establecido para el hombre y cualquier actitud que no esté regida por este principio es una adulteración del mandamiento divino para el hombre.

Así, la falta de fe, la osadía al obrar, la indiferencia hacia el prójimo, la crueldad vengativa, la rudeza al comunicarnos, en fin, todas las actitudes que no concuerden con las reglas divinas de amor justicia y misericordia, comprenden un adulterio al matrimonio existente entre el alma del hombre y su creador.

Hemos visto en infinidad de pasajes bíblicos como se menciona a Israel como ramera, ya que sus adulterios son precisamente las desviaciones de su conducta requerida por Dios a instancias de los ejemplos de las naciones que le rodeaban, mostrándole falsas formas que ella copiaba.

De igual forma nuestra alma es una adultera cuando no sigue la fidelidad que le debe a su engendrador y esposo supremo, Dios.

Cuando copiamos una conducta del mundo porque nos parece muy a la moda, o porque parece obtener grandes resultados materiales y no nos detenemos a pensar cabalmente si esto se ajusta a las reglas del matrimonio de nuestra alma con Dios para concebir a su hijo en nuestras entrañas espirituales estamos cometiendo un adulterio contra la pureza de las acciones derivadas de Dios y sus principios fundamentales.

Este es uno de los mandamientos que mas contravenimos, ya que no nos detenemos a pensar en ello con la profundidad y el tesón que requiere el vigilar cada una de nuestras acciones para no incurrir en el delito de adulterio con el más sabio y considerado de todos los jueces.

15.- NO HURTARÁS.-

Una vez más hacemos hincapié en la dualidad de todos los conceptos que pueden ser interpretados en distintos niveles de la conciencia.

Cada persona tiene un nivel intelectual, así como espiritual, de acuerdo con la misión que Dios le tiene establecido en el concierto de la creación.

Cada uno de los seres humanos, por muy insignificante que parezca ser, es tan importante como el más sabio de los hombres, y su misión en el concierto armónico que Dios mantiene en constante evolución, hace que todos sean partícipes de esa función. Unos, como estimulantes activos y otros como figuras pasivas, pero necesarias para alcanzar la finalidad de la obra a cabalidad.

El robar lo podemos ver como la posesión de algo que no nos pertenece, y que a su vez se considera de otros.

El hecho literal, aunque se halla menospreciado por una gran cantidad de parte de la humanidad, cuenta con infinidad de personas que cumplen dicho mandamiento y lo practican con verdadera convicción.

Pero al analizar las raíces de este concepto, vemos que se amplía notablemente cuando lo miramos en el orden espiritual, donde la posesión tiene un carácter sublime y elevado.

Las cosas que Dios otorga al hombre, además de la comida y del vestido, están claramente definidas, ya que podemos verlas con los ojos materiales y no es difícil darse cuenta cuando se está violando este mandamiento, ya que vemos la apropiación de algo que presenciamos.

Pero cuando privamos a los demás de nuestros esfuerzos en el sentido positivo de la conciencia estamos cometiendo un delito contra nuestro creador, ya que estamos apoderándonos de lo que Él nos otorga para beneficio de todos, y no permitimos que estas bondades lleguen a quienes tienen derecho a ellas.

Cuando el sabio usa su saber para beneficio personal sin tomar en cuenta que esa cualidad que le ha hecho alcanzar los bienes que disfruta no las alcanzó él por naturaleza propia, sino por medio de las condiciones que Dios le seleccionó, tales como la familia, génesis saludable, condición social elevada, posibilidades de acceso a la cultura, cosas todas que Dios le otorgó al permitirle nacer en un medio propicio para el desarrollo de estas facultades.

Generalmente no se analiza esto detenidamente, tal vez por la interpretación literal de las cosas, y otras se analiza simbólicamente para liberarse de una responsabilidad ante Dios, más bien que para alcanzar un grado espiritual más elevado.

Todo aquel a quien Dios le ha otorgado talento, fortuna y estabilidad social para obtener beneficios en la sociedad en que se desenvuelve, debe meditar profundamente acerca del conocimiento de donde proceden todas las virtudes que él ostenta y que, en la mayoría de los casos ignora o rehúsa comprenderlo a fin de justificar sus desprecios hacia aquellos que están en desventaja, sin detenerse a pensar que aquel que colocó a estos en la posición inferior que sustentan, le dio a él todas las ventajas que así puede disfrutar.

Privar a la humanidad de nuestra capacidad para beneficio colectivo, es robar espiritualmente lo que no nos pertenece, ya que pertenece a nuestro creador que nos permite hacer uso de ello para la grandeza de Su obra y la evolución de la conciencia humana.

Todo aquel que sólo piensa en sí mismo y acumula bienes desmedidamente, sin preocuparse de si está compartiendo los bienes que Dios le otorga con aquellos menos capacitados para alcanzar estas bondades, está atentando contra el mandamiento que ordena no robar, ya que se está apoderando de lo que Dios tiene establecido para el talento que se le ha concedido tomando para sí lo que es para todas las criaturas.

Así mismo, cruzar los brazos y no esforzarse por realizar lo que se puede realizar, ya que se tiene la capacidad y el talento necesario para hacerlo, es una forma de robar, ya que despreciamos la condición que Dios nos otorgó para beneficio de la humanidad apoderándose de la imposibilidad de los menos agraciados que no pueden producir acciones semejantes a la posibilidad de estos que, por flojedad, no obran para beneficio de los demás, privándoles de las ventajas que podrían surgir del obrar agraciado de estos flojos espirituales de cambiar su condición de tales.

Todo impedimento del desarrollo evolutivo de la obra de Dios, es una contravención contra la propiedad de nuestros semejantes que esperan el beneficio del bien obrar sin haberlo recibido.

Es complicada la interpretación de este mandamiento en su sentido más profundo, lo comprendemos, pero sólo podemos decir que cualquier conducta que no esté destinada al cumplimiento de la obra de Dios, es un robo lesa humanidad.

16.- NO HABLARÁS CONTRA TU PRÓJIMO FALSO TESTIMONIO.-

El testimonio es una interpretación de los hechos que se conoce. Por ese medio se transmite el conocimiento de una persona a otra.

En el sentido literal del mandamiento nos ordena ser verdaderos al relatar o hacer referencia a un hecho con relación a un semejante.

Un análisis literal del hecho lo podemos tomar de Pr 6:16-19 que establece siete puntos que contravienen este mandamiento.
  1. Ojos altivos y lengua mentirosa


  2. Al hacer referencia a los ojos establece la forma de analizar un hecho ya que todo depende del punto de vista en que se mire el mismo;

    Si el análisis se hace desde una posición de superioridad debido a la idea de que se piensa este hecho no nos puede ocurrir a nosotros y menospreciamos al que analizamos, nuestra testificación será falsa ya que no tiene todos los valores encerrados en sí; siempre la misericordia es elemental en todo análisis de un hecho.

    Esto significa estar acorde con la miseria del sujeto analizado, ya que así podremos comprender su razón y emitir un testimonio verdadero y acorde con la realidad.

    Con relación a la lengua mentirosa, se establece que no se debe desvirtuar el suceso con razones ajenas al mismo. En un juicio público, esto significa proferir falsas evidencias que puedan incriminar o absolver indebidamente a una persona. manos que derramanEn el análisis de los hechos de cada día, es el más común de los delitos, es la actitud temerosa del hombre de pensar que la verdad puede acarrear problemas; por tanto se inventa una trama más aceptable con el fin de establecer el propósito que perseguimos.

    Esto se convierte entonces en una práctica tan común que hace imposible decir la verdad, aún ante los hechos más insignificantes, creando un sistema de la mentira como forma de crear una barrera de seguridad contra las contrariedades de la vida, o la incredulidad de la gente.

    Esta práctica es tan común que ya se acepta como la forma infalible de vivir y se le llama mentiras blancas o pequeñas a las justificaciones de un hecho que se teme no se ha de poder demostrar como positivo por temor al rechazo.

    Por otra parte la lengua simboliza la transmisión de nuestras acciones.
    Es el lenguaje del espíritu, ya que por medio de la conducta es que se advierte la naturaleza espiritual de una persona. Pudiéramos decir que le fruto de una persona es su conducta, en el hombre podemos decir que su conducta habla de su raíz espiritual.

    Al mostrar una conducta externa, que no concuerda con lo que se lleva interiormente, se está usando una lengua engañosa ya que se está mostrando frutos que no son los propios de ese árbol.

    Las actitudes osadas y las promesas u ofrendas que hacemos a Dios con un carácter diferente ante el que empleamos con relación al prójimo, establece una lengua engañosa, ya que decimos lo que no sentimos, unas veces forzado por la debilidad de nuestras convicciones para rechazar la actitud general de los que nos rodean y otras veces movidos por el deseo de demostrar que somos lo que en realidad no somos.

  3. Las manos que derraman sangre inocente.


  4. Estos principios parecen a veces no guardar relación los unos con los otros, pero en su análisis profundo vemos que todos están encadenados de una manera tal que conduce a los otros.

    Un falso testimonio, ya sea en el sentido literal en un juicio público o en una testificación privada ante cualquier hecho, puede ser el derramamiento de sangre inocente al ajusticiar a quien no está en falta.

    Volvemos a comparar las manos con las acciones que cometemos en la vida. Son la evidencia de nuestra conducta externamente. Así como la lengua representa el ideal que nos mueve, las manos simbolizan la forma en que lo representamos.

    Y cuando la actitud lleva un motivo oculto que puede estar activado por una razón falsa, estamos representando un falso testimonio contra quienes reciben dicha falsa representación de la verdad, provocando el derramamiento de sangre inocente, ya sea en el sentido literal, como en el orden espiritual donde la sangre establece la manifestación del ideal que mueve nuestro cuerpo espiritual.

  5. El corazón que maquina tretas inicuas.


  6. Podemos darnos cuenta perfectamente de que todos los conceptos que se están usando están relacionados con la conducta.

    El corazón representa lo profundo del sentimiento, lo que está verdaderamente dirigiendo las acciones de nuestro cuerpo espiritual ya que el corazón materialmente esta alimentando todo el cuerpo y es el motor central de todo el organismo.

    Así también la conciencia humana representa el corazón del espíritu.
    De acuerdo con el impulso que sale del corazón espiritual, así son las acciones que representamos en la vida.

    Un atentado contra la conciencia representa un falso testimonio ante los corazones espirituales que observan la marcha de los acontecimientos para sacar las conclusiones de cómo responder a la vida.

    Si la actitud no está motivada por la conciencia, es un falso testimonio ante el prójimo, ya que no estamos representando la verdad que nuestro corazón nos dicta, sino que obramos por reflejo de las circunstancias que no rodean haciendo una falsa representación de la verdad, sea esta cual sea, toda vez que la conciencia humana es el altar venerado ante Dios, Por medio de la cual estamos obrando de acuerdo con los dictados del ordenador Supremo, que establece un comando definido a cada hombre por medio de esta conciencia que Él proveyó de acuerdo con sus circunstancias y voluntad perfecta, aún cuando esto implique obrar de acuerdo con lo que el hombre califica como el mal, como en el caso de Faraón contra Moisés ya que éste obraba acorde con su conciencia, obedeciendo así las órdenes de Dios que endureció su corazón.

  7. Los pies que corren presurosos a hacer maldad.


  8. Volvemos a ver otro concepto relacionado con la conducta. Los pies son los caminos que el hombre emprende en la vida. La meta de las aspiraciones de cada hombre está relacionada con su corazón, que representa la conciencia y son sus pies espirituales los que la llevan hacia esta meta por medio de sus acciones y esfuerzos.

    Cada uno de nuestros miembros, así como cada uno de nuestros sentidos tiene una interpretación simbólica con relación al cuerpo espiritual que también cuenta con todos estos atributos para desenvolverse en el uso de nuestro cuerpo material que es el instrumento que Dios ha establecido para este fin.

    Cuando las aspiraciones se cambian y se siguen los caminos que los ejemplos que nos rodean nos inspiran, estamos corriendo presurosos hacia el mal.

    Dios ha establecido un talento o virtud para cada ser humano que le hace ser más diestro en ese sentido que en cualquier otro de sus sentidos.

    Esto es lo que llamamos comúnmente la vocación.
    Estos son los caminos que deben recorrer los pies espirituales de nuestros anhelos. No hay nada que cause más infelicidad que cambiar la facultad que se tiene para una cosa por otra motivada por el ansia de satisfacer el cuerpo y sus apetitos estimulados por las influencias que pugnan a nuestro alrededor para dominarnos y hacernos esclavos de lo que otros señalan como lo más apetecible.

    Generalmente es difícil alcanzar las aspiraciones espirituales que gritan en nuestro interior ya que por lo regular el medio en que dichas aspiraciones deben manifestarse está controlado por otros que previamente llegaron a esos niveles los cuales se niegan a compartir por temor a ser destronados. Estos es lo que establece la lucha contra el ángel de Jacob y los cuarenta días de Moisés en el monte Sinaí y todos acontecimiento que señala un esfuerzo notable por alcanzar una meta.

    Por eso, en el momento en que se abandona el intento, se está efectuando un falso testimonio contra el prójimo, que es el análisis que estamos haciendo de los mandamientos.

  9. El testigo mentiroso que respira embustes.


  10. El testigo ya lo analizamos antes de entrar en esta revisión de los proverbios que nos conduce a una mejor comprensión de este mandamiento. Podemos decir que todo aquel que no muestra al mundo su capacidad, su talento, sus aspiraciones en el sentido verdadero, está testificando contra Dios, ya que no está representando lo que Dios ha colocado en su conciencia como motor supremo de todas sus acciones.

    En ese sentido, su aliento de vida, que es lo que respira espiritualmente está haciendo una supuesta falsa testificación de su misión ante Dios, que le ordena hacer una cosa, y este respira o vive un falso dictado, que no es el producto de lo que parece ser lo que Dios le estableció.

  11. Aquel que siembra discordias entre hermanos.


  12. El resultado más terrible del falso testimonio es el establecimiento de la discordia. Esto ocasiona las guerras, los tormentos de la raza humana, ya que no se está sembrando el producto del amor que produce la armonía y la paz, sino que se siembra el odio que es el árbol de todas las discordias.

    Al sembrar la discordia por medio del odio, se está levantando un falso testimonio contra el prójimo ya que se le está testificando ser la mentira como si fuera la verdad.

    La verdad Suprema está basada en la comprensión existente entre la luz y las tinieblas. Cuando se manifiesta algo como positivo, pero se predica o se siembra discordia, que es lo negativo, se está falsamente testificando la voluntad de Dios para el hombre, ya que sabemos que la base de la fe está cimentada sobre la comprensión y el amor entre los hombres y todo aquel que siembra discordias, está cometiendo un falso testimonio contra la verdad y por ende contra el prójimo que está en peligro de caer en las redes de esta falsedad y luchar por un principio falso que ocasiona el derrame de sangre inocente.

  13. Guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre.


  14. Este es el último paso de la perfección encerrada en este mandamiento. Así como todos los pasos anteriores advierten de lo negativo como falso testimonio, al llegar al séptimo paso, se anuncia la perfección o el reposo que Dios establece para sus seguidores.

    La honra al padre, que como vimos en los mandamientos anteriores se eleva a las alturas del padre celestial, es el principio fundamental que impide el levantar falso testimonio contra el prójimo ya que sólo la verdad de sus leyes, representadas por la madre del hombre con relación a su manifestación en el cuerpo, ya que por medio de esta madre que son las leyes que Dios ha establecido como guía del Universo, existimos como seres vivientes, podemos testificar lo verdadero de nuestra alma, impidiendo que levantemos un falso testimonio contra la verdad de Dios.
Estos principios veremos que se nos ordena atarlos al corazón, y ceñirlos a nuestras gargantas como collar de gloria. Así mismo se nos ordena andar en estos caminos y vigilar al acostarnos, para despertar a la luz de la mañana del nuevo día que Dios tiene señalado para el hombre que sea fiel testigo de Su palabra.
  • Porque el mandamiento es una lámpara, y la ley es una luz y las reprensiones de la corrección son caminos de la vida.
17.- NO CODICIARÁS LA CASA DE TU PRÓJIMO, NO CODICIARÁS LA MUJER DE TU PRÓJIMO, NI SU SIERVO, NI SU SIERVA, NI SU BUEY, NI SU ASNO, NI COSA ALGUNA QUE SEA DE TU PRÓJIMO.-

Este mandamiento tiene una gran fuerza en el sentido literal pues está relacionado con la envidia, que es el móvil principal para que se viole el mandamiento.

En realidad la fuerza mayor que pugna contra el que codicia lo ajeno es la falta de fe. El desconocimiento de la justicia divina, la escasez de visión para entender que todo cuanto Dios hace es perfecto, es la razón primordial para esta falta de fe, que ocasiona todos los actos terribles que se desprenden de la codicia.

Dios ha hecho todas las cosas perfectas, y a cada cual, ya sea vegetal, animal o mineral, le ha dado las características y las condiciones necesarias para cumplir su rol en el concierto de la creación.

Aquel que posee más, al igual que al que posee menos, tiene cada cual lo necesario de acuerdo con Dios, para llevar a cabo la misión que se le tiene asignada.

Esta es la piedra de ángulo de toda la Biblia, la base de que Dios es justicia. Pero el hombre no está capacitado para juzgar a Dios, debido a su naturaleza infinita, porque esto no le permite conocer el resultado de los planes de Dios, ya que estos se manifiestan fuera de tiempo y espacio, haciendo esto que imposibilite al hombre el conocer el por qué de las acciones de Dios, ya que estas ocurren a largo plazo y con características eternas.

Lo importante es conocer que Dios provee a cada una de sus criaturas de todo lo necesario para que esta cumpla a cabalidad su parte en la tarea que Dios le ha asignado.

Al no tener el hombre noción de este principio, piensa que la falta de alguna de las cosas que ve que otros poseen y él no es una falta de parte de Dios, o tal vez lo achaque a un motivo de naturaleza material, y por esto codicia las pertenencias de otros, a los cuales considera más afortunados que él ya que tienen esas cosas anheladas.

Las cosas que se enumeran aquí, tienen de por sí distintas interpretaciones simbólicas, ya que cada palabra de la Biblia tiene una condición simbólica y puede expresar otra idea totalmente distinta de la que manifiesta literalmente por medio de ellas.

Por ejemplo: al mencionar a la mujer del prójimo, simbólicamente se está haciendo referencia a las leyes o medio ambiente en que habita el prójimo, ya que la mujer simboliza, como dijimos las leyes que surgen de un concepto para propagación del mismo. "Eva fue el medio en Adán pudo propagarse."

Esto lo vimos en el libro del Génesis, donde pudimos ver que la mujer fue creada de una parte del hombre, específicamente de la costilla de éste, como dando a entender que era parte de su estructura/

Al no codiciar la mujer del prójimo, se está haciendo referencia a las condiciones ambientales de éste, que son ideales para él, pero no lo será para aquel que la codicie.

Lo mismo ocurre con el siervo y la sierva, pues estos representan los copiadores, propagadores o seguidores del concepto que caracteriza al que codicia lo ajeno.

De esta forma los derivados de esta manera de ver las cosas, que son representados simbólicamente por los hijos y las hijas, entran dentro de la codicia del que no tiene una fe sólida para aceptar o sentirse conforme con lo que Dios le ha otorgado como medio para cumplir su parte en el concierto armónico de Su Creación maravillosa.

En fin, nada de lo que otros poseen, debe codiciarse, pues se está dudando de la justicia divina, que da a cada cual lo que cada cual necesita.

La codicia como raíz de todas las envidias y distorsiones de la vida espiritual, es la antítesis de la caridad, que es la raíz de la fe, ya que esta condición engendra la verdadera manifestación del amor. Los profetas hacen alusión a la codicia como la trasgresión de los límites de cada persona
  • Ay de los que juntan casa con casa, de los que allegan campo con campo, hasta que les falta el espacio; para que quedéis vosotros solos habitando en medio de la tierra.- (Is 5:8)
Esto hace referencia al deseo posesivo del hombre que no permite bienes que él no tenga derecho a ellos. Viola todas las reglas de paz y respeto del derecho ajeno, en pos de las posesiones que envidia o desea poseer ya sea en el orden material como en el espiritual, donde las concepciones filosóficas que parten de un sector ajeno al que pertenece el que codicia, le hace practicar aquello que no está señalado para él.

Este es el caso de Israel, que codiciaba la casa de las naciones de la tierra y se iba en pos de dioses ajenos como dando a entender que seguía toda forma de seguridad que pensaba otras naciones poseían copiando así sus leyes, sus costumbres; practicando todas las incorrecciones que las otras naciones cometían, sin detenerse a pensar que por esta causa precisamente dichas naciones eran borradas de la faz de la tierra.

Esta ordenanza o mandamiento se deja precisamente para lo último ya que es tal vez lo más difícil de alcanzar por la complejidad que encierra

Los valores de cada pueblo le dan su característica especial y todos y cada uno de ellos tiene una razón para existir de una forma determinada ya que como hemos visto en muchas ocasiones en la Biblia todas las cosas que el hombre anhela Dios las ha de poner debajo de sus pies. ¿Pero cómo ha de ocurrir esto?
¿Por medio de poderes especiales que el hombre poseerá para dominar los elementos y hacer que obren a su mandato?

Definitivamente no. Esto ocurrirá sólo por la experiencia de cada uno de estos conceptos. Esa es la razón por la cual unos pueblos poseen unas cosas y otros poseen otras, ya que cada uno de ellos está representando una condición de vida de acuerdo con los logros y fracasos que manifieste con su conducta.

El codiciar cualquier cosa de las pertenencias de otro pueblo o persona, es violar las leyes establecidas por Dios, y caer en el caos tremendo que la humanidad tiene que confrontar, cuando una nación, o pueblo, o persona, intenta inclinar la balanza a su favor y codicia las pertenencias de otros, ocasionando de esta forma las guerras y beligerancias entre los seres que están destinados a representar cada cual su parte, de acuerdo con la medida de sus posibilidades y facultades, como dice en la Biblia.

18.- Y TODO EL PUEBLO ESTABA OBSERVANDO LOS TRUENOS Y LAS LLAMAS Y EL SONIDO DE LA TROMPETA, Y EL MONTE QUE HUMEABA, Y VIÉNDOLO EL PUEBLO, TEMBLARON Y PUSIÉRONSE DE LEJOS.-

Al referirse a todo el pueblo, simbólicamente está refiriéndose a toda la humanidad, cada época con su altura y concepciones de la idea de Dios, manifestado como colocado en las cimas más altas, con gran poder, manifestado por los truenos, que son los destellos de luz que descienden de lo alto para iluminar las conciencias del hombre.

Esta interpretación literal de los acontecimientos suscita dudas y comentarios, unas veces sórdidos y otras mordaces, de los que, o bien no creen en estas cosas, o de los que atacan a Dios como un ente de odios y violencias, ya que se manifiesta con la ira representada en las llamas de fuego.

Todos estos términos tienen una doble interpretación que trae una nueva luz a la manera de analizar las cosas.

Sabemos que los truenos son descargas eléctricas provenientes del encuentro de fuerzas adversas. Esto mismo es lo que son simbólicamente los truenos, ya que anuncian el poder oculto de las oscuridades del entendimiento representado aquí por las nubes donde se producen los

truenos. No cabe duda que el poder de las cosas de Dios está representado magníficamente en la fuerza y el poder del rayo, que deja oír su trueno ensordecedor después de lanzar sus rayos.

La llama sabemos representa el elemento purificador por excelencia, que sirve para eliminar las impurezas, así como para destruir todo aquello que no tenga la solidez necesaria para soportar su calor purificante en todos los sentidos, lo mismo literal que en el orden espiritual de las cosas que causan dolor y tormento como maestros de las grandes enseñanzas del espíritu.

El sonido de la trompeta es el anuncio de las batallas que se emprenden contra las fuerzas enemigas. En la toma de Jericó vimos el efecto que dichas trompetas ocasionaron cuando Josué atacó esta ciudad. Las murallas cayeron, como simbolizando que toda la fortaleza que pueda tener una ideología que pugna contra la idea de libertad proveniente de la palabra de Dios, se viene a tierra por medio de la predicación de estos principios.

El monte que humeaba simboliza esa tremenda apariencia de elevación que se presenta ante el hombre que ve la presencia formidable e imponente de Dios, representado por esa altura que señalaron los mandamientos del Todopoderoso.

Cuando se está consciente de la necesidad de acudir al llamado divino, vemos ante nosotros ese monte de esfuerzos y luchas para ascender a las alturas que nuestro espíritu siente que debe escalar. Esto, por supuesto, sólo para los que ven ante sí la tarea gloriosa del encuentro con Dios en las alturas del alma.

El temblor del pueblo es el primer nivel del conocimiento de las cosas elevadas ya que esto se manifiesta primero como mandato de las leyes y rectificaciones de lo que no debemos hacer a fin de llegar a comprender lo que verdaderamente debemos hacer, ya que por medio de las privaciones se alcanza la concepción y el verdadero valor de las posibilidades.

El hombre encontrará un valor verdadero de las cosas, cuando deje de poseerlas, ya que las bondades con que Dios nos premia no parecen tener valor alguno, hasta que no las perdemos. Preguntemos a un ciego, no de nacimiento sino por una causa posterior, cuál es el verdadero valor de la visión, ya que él sabe a capacidad lo que ha perdido.

Este temor de las cosas elevadas de Dios, es parte de la falta de fe que hace que el hombre mantenga la distancia del conocimiento de las cosas divinas, dejándole a los pastores de su congregación el encargo de comunicarle las cosas del espíritu que sólo desde lejos se atreve a desear, y por medio de su intermediario, que a veces falla.

19.- Y DIJERON A MOISÉS: ¡HABLA TÚ CON NOSOTROS! QUE NOSOTROS OIREMOS; MAS NO HABLE DIOS CON NOSOTROS NO SEA QUE MURAMOS.-

Esta es una confirmación de lo que vimos en el capítulo anterior, donde el pueblo busca endosar la responsabilidad de sus acciones al sacerdote o intermediario.

Así coloca en mano de los pastores de las distintas congregaciones religiosas, lo más importante que el hombre posee, su alma.

Esta es una forma de evadir la asignación que cada uno tiene frente a Dios, ya que se acepta como verdadero lo que se les transmite a los fieles que puede ser lo mejor o también resultar lo peor, si es que el pastor de la congregación busca su beneficio personal.

Esto lo vemos también en el caso del rey; como vimos en el libro de Samuel, cuando el pueblo le pide a éste que le otorgue un rey al igual que las demás naciones de la tierra.

El rey supremo debe ser Dios y de Él debe partir las ordenanzas hacia todos sus súbditos. Así mismo el sacerdote, ya que cada uno de los hombres tiene una capacidad y una posibilidad diferente, haciendo esto que unos vean las cosas de una forma y otros las vean de otra totalmente diferente, haciendo esto que se alcance más conocimiento de las cosas de Dios mientras más sean los interpretes que las busquen.

En este caso Moisés, como uno de los elegidos por Dios directamente, sirvió para alcanzar el conocimiento de los diez mandamientos, al igual que los demás componentes de la Biblia sirvieron para alcanzar, cada uno de ellos, la porción del Espíritu Santo que les estaba asignada, hasta quedar terminada la misma, que es el compendio básico de donde partir para llegar a la tierra prometida, que podemos interpretar como el punto invisible en la conciencia del que la lee, siendo desde donde se empieza a tener contacto con Dios y sus enseñanzas, las cuales se obtienen al calor de las actuaciones de cada día cuando se compara con los hechos que la Biblia señala.

La misión de Moisés estaba definida y quedó como tal en estas escrituras maravillosas que sorprenden a la humanidad por la profundidad de sus enseñanzas, cuando se toma en consideración las condiciones reinantes en el hombre en esos momentos de oscuridad manifestando unos mensajes de tanta luz que se asemeja a los truenos y la llama que vieron aquellos manifestadas en el monte humeante.

Pero así mismo nos enseña la negligencia del pueblo en participar de tan grandiosa oportunidad rehusando el contacto directo con las cosas de Dios, que establece es deber de cada uno de los hombres de ser sacerdote y gente santa ante Dios.

En ningún momento de verdadera vocación se manifiesta que el hombre no debe acudir a la presencia de Dios. Sólo en los momentos de evasiva en que el pueblo ha perdido el camino y clama a Dios por un retorno de las enseñanzas es que Dios otorga un emisario o ángel de luz para reorientar a la humanidad hacia su acogedora sombra. Y esto, no sin antes hacer aclaración de que si se pierde el camino se cae en la oscuridad terrible del error que conduce al abismo profundo de la ignorancia de las bondades de Dios, en cuyo regazo se recibe la fortificante potencia de Su palabra como esencia de la vida espiritual para los espíritus ansiosos de paz y esperanza

20.- Y RESPONDIÓ MOISÉS AL PUEBLO: NO TEMÁIS; PORQUE PARA PROBAROS HA VENIDO DIOS, Y PARA QUE SU TEMOR ESTÉ DELANTE DE VOSOTROS A FIN DE QUE NO PEQUÉIS.-

El temor, representante de la ley, está definido como una forma de combatir el mal al cual debe rehuirse. Pero también estamos conscientes de que ésta no está relacionada con el amor, ya que no es el producto del deseo, sino que es el impedimento el que causa el temor.

Aquí Moisés indica que no se debe temer esta manifestación que Dios brinda como anticipo de Su gracia, sino que como una forma de comprobación de que en el hombre, como tal, no existen las condiciones de la perfección, sino que es necesaria la intervención del hálito de vida que Dios le insufló en sus narices para hacerle un alma viviente.

Este Hálito de Vida que vimos obraba en el hombre en el día de su creación, es el Espíritu Santo del hombre, es la perfecta manera del SER como imagen de Dios.

Eso es precisamente lo que la Biblia es, la manifestación de ese espíritu dosificada de acuerdo con la capacidad del que la lee, de manera que obre en el hombre y lo aleje del error, como lo vemos aquí.

La indicación de Moisés está hecha en el sentido positivo ya que ordena que no se tema a Dios, sino que se le busque con el fin de obtener la evidencia de Su presencia en los ocultos caminos de Sus acciones, incomprensibles para quienes no están atentos a estas señales.

Aquí se compara el error con el pecado, como dando a entender que la negligencia del hombre al no reparar en las cosas de Dios, le llevan a representar lo que NO es el hombre, ya que no obra lo que Dios estableció por medio de ese hálito de vida que se muestra a través de la conducta de todos los elegidos que tuvieron una participación en esta representación colectiva del Espíritu Santo de la perfección del hombre, fraccionada en la conducta de cada uno de los hombres que sirvieron de ejemplo para las generaciones que le precedieron.

Noe, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, etc., son partículas de ese hálito de vida que Dios ha otorgado al hombre, que está siendo procesado, pudiéramos decir, en el devenir de los siglos acontecidos y los por acontecer, hasta que el hombre llegue a la comprensión de su función en el concierto de la creación y se manifieste el Sábado de reposo en que Dios descansa de Su obra. Estamos hablando en el sentido metafórico, pero con una visión abstracta de las cosas que se anuncia en estas escrituras, dejadas como evidencia de la potencia de Dios y como sello de identidad para los que siguiendo sus caminos lleguen a las alturas del Espíritu Santo, cumbre de la gloria de Su majestad.

21.- MAS EL PUEBLO SE MANTUVO A LO LEJOS; Y MOISÉS SE LLEGÓ A LAS DENSAS TINIEBLAS EN DONDE ESTABA DIOS.-

Así se nos da a entender que la humanidad se acerca a las cosas de Dios por temor a las mismas, temor que procede de la falta de fe y por el desconocimiento de los resultados maravillosos que se desprenden de esta comunión.

Esta misión está encomendada para los señalados, hasta que se manifieste la presencia total del Espíritu Santo por medio del Mesías.

En repetidas ocasiones hemos señalado que toda ordenanza de Dios, todo ejemplo de santidad que muestra la figura del amor divino, es una manifestación del Espíritu Santo. Así mismo hemos mostrado que la actitud santa es aquella que representa a Dios como la figura suprema a seguir para alcanzar la bondad y el sentimiento que hará del hombre un ser armonioso.

Eso es lo que ha estado ocurriendo en la Biblia por medio de los ejemplos de los señalados para transmitirle a la humanidad ese Espíritu Santo que está plenamente manifestado en el Mesías. De esto podemos entender que si la reunión de todos estos reflejos proviene del Espíritu Santo, y el Mesías es la plena manifestación del Espíritu Santo, podemos entender que la recopilación de todos esos ejemplos que forman la Biblia, es la imagen del Mesías fraccionada en sus ejemplarizadores.

De ahí tomamos la aseveración de que la Biblia es el Mesías esperado en forma de VERBO escrito, y que todo aquel que logre comprender y "practicar" todo lo que se señala como SANTO en la Biblia está haciendo una representación mesiánica, ya que eso es lo señalado por Dios como santificado.

Eso es lo que nos dice por medio de uno de sus señalamientos, que el Espíritu de Dios no está lejano, sino que se encuentra ahí, en el corazón del hombre, y solo espera la circuncisión del corazón del mismo para manifestarse.

Moisés fue uno de los que se acercó a las densas tinieblas en donde estaba Dios para traernos una parte de su Espíritu Santo.

Éste mostró la posibilidad de acercarse a Dios y de recibir directamente de su divina presencia la grandeza de Su sabiduría, que constantemente está señalando que debemos buscar con tesón dentro de nosotros mismos, ya que somos una parte de Él, y como tal, no podemos ser otra cosa, sino Santos.

22.- Y DIJO EL SEÑOR DIOS A MOISÉS: ASÍ DIRÁS A LOS HIJOS DE ISRAEL: VOSOTROS HABÉIS VISTO QUE YO MISMO HE HABLADO CON VOSOTROS DESDE EL CIELO.-

La indicación de Dios certifica que la comunicación del hombre con Dios ha sido directa.

En estos pasajes nos da a entender que los intermediarios no han tenido contacto con otros intermediarios, sino que han acudido a la presencia directa del Todopoderoso y que han recibido de Él las partículas del Espíritu Santo que por este medio se ha transmitido a la humanidad a través de la Biblia.

Esto nos da a entender que la comunicación con Dios se realiza directamente y que Su palabra fue otorgada a los que se acercaron a las densas nubes de Sus alturas prodigiosas.

Abre las puertas de la comunicación para todo el que toque a ellas, eliminando los intermediarios, toda vez que los que existieron quedaron plasmados eternamente en las palabras de estas escrituras, como intercesión de los primeros niveles.

23.- NO HAGAS CONMIGO DIOSES DE PLATA O DIOSES DE ORO NO LOS HARÉIS PARA VOSOTROS.-

Este acercamiento a Dios que permite obtener el conocimiento de Su Espíritu no debe ser utilizado para crear una imagen visible a los ojos materiales que puedan tomar el lugar de la imagen espiritual que representa su condición infinita, trayéndola a un nivel material, "sólido y esplendoroso", sí, pero a la vez detenido y empequeñecido, rebajándolo al nivel del que así hace.

Esta imagen que se nos presenta en las escrituras parece oscura a los ojos de muchos intérpretes, y es que la complejidad de los conceptos que Dios muestra a través de las escrituras, tiene una extensión tan amplia e infinita, como su creador, que se presta a estas múltiples interpretaciones.

Por ello hemos optado por aceptar la interpretación de este pasaje como una llave que abre todas las posibilidades futuras a la interpretación siempre y cuando no se intente por medio de ellos cerrar la imagen de Dios en una figura concreta aunque tenga la apariencia de solidez y esplendor que la plata y el oro representan

24.- ALTAR DE TIERRA ME HARÁS, OH ISRAEL; Y SACRIFICARÁS SOBRE ÉL TUS HOLOCAUSTOS Y TUS OFRENDA PACÍFICAS, TUS OVEJAS Y TUS VACAS. EN TODO LUGAR DONDE YO HICIERE RECORDAR MI NOMBRE, VENDRÉ A TI Y TE BENDECIRÉ.

La palabra Adam representa al hombre y a la tierra, que es de donde proviene. En estos pasajes, que al interpretarlo literalmente traduciendo la palabra como "tierra", se establece una liturgia de índole material, con sacrificios materiales y con todas las especificaciones que se requiere para estos rituales.

Pero si tomamos el sentido simbólico de la palabra traduciendo la palabra "Adam" como el hombre, obtendremos que la indicación de Dios señala que el altar que Él reclama es el hombre, en el cual se ha de hacer las ofertas de los sacrificios del bien hacer o sacrificios de paz, como señala la palabra hebrea "Shelamim" que significa sacrificios de bien hacer.

Con estas variantes obtenemos una enseñanza de estos escritos que tienen una profundidad y un sabor más elevado ya que coloca la figura de Dios en una nueva dimensión de magnitud inalcanzable, toda vez que primero se nos ordena no solidificarla, ni estereotiparla al señalar que no se haga con El dioses de plata y oro, colocándolo como algo material y brillante a los ojos materiales del hombre, sino como algo infinito cuya adoración debe ser hecha en el altar que Él prefiere, que es el hombre por medio de sus sacrificios de bien hacer.

En este altar el hombre ha de sacrificar su conducta humilde y obediente simbolizado por las ovejas y los esfuerzos y la fortaleza que se necesita para sembrar la palabra y el ejemplo del Espíritu Santo, simbolizado por la leche que de producir las vacas espirituales de la conciencia humana.

Todos símbolos metafóricos de una profundidad y una grandeza como compete a la figura de Dios, siempre excelso e infinito, manifestado por las palabras y la voluntad del hombre, sino por los hechos y la fe que se desprende de tan maravillosa figura.

Por eso dice que donde se recuerde Su nombre Él vendrá a presentarse, ya que todo intermediario sólo crea distorsiones haciendo que la nube se haga más densa.

Esta actitud de confrontación directa con Dios es la que será bendita ante Él, ya que la recordación de Su nombre, significa poner en práctica Sus principios divinos.

25.- Y SI QUISIERES HACERME ALTAR DE PIEDRA, NO LO EDIFICARÁS DE PIEDRA LABRADA; PORQUE CON ALZAR TU HERRAMIENTA SOBRE ÉL YA LO HAS PROFANADO.-

Así como vimos que la tierra la interpretamos como el hombre, en su condición individual, podemos interpretar las piedras como las congregaciones que se establecen por la reunión de muchos hombres, creando una sociedad establecida. De esta forma podemos interpretar este altar como el resultado de una congregación establecida con el propósito de ejemplarizar las cosas de Dios. De ser así podemos decir que lo que conocemos como una secta religiosa, establece una piedra y los ejemplos que surgen de esa congregación son el altar que se le dedica a un ideal determinado.

Ahora bien, cuando una congregación sea establecida como seguidora de los principios del Dios de Israel, esto sería el altar de piedras que le dedicará a Dios y que no debe ser hecho basándose en concepciones elaboradas por los oficiales del mismo, ya que eso sería labrar las piedras con mano propia, como se dice aquí: "Por que con alzar tu herramienta sobre él ya lo has profanado.

Esto se asemeja a la elaboración de Caín que labró la tierra para llevar a Dios el fruto de sus manos.

Cualquier racionalización de los conceptos que forman el ideal que se persigue resulta ser una profanación en la colocación de las piedras que se utilice para la construcción de ese altar.

En el sentido literal puede establecerse este precepto como el impedimento de no considerar el lujo y el esplendor como uno de los elementos del altar, haciéndolo vistoso para estimular la visión material del mismo perdiendo así la humildad que se predica.

Pero en el sentido espiritual podemos entender este concepto como la forma de impedir que el hombre acomode a su gusto la interpretación de las cosas de Dios, haciendo un ritual elaborado de lo que son simples preceptos de una solidez suficientemente explicativa de lo que le ofrece al Señor como alabanza y ofrenda.

26.- Y NO SUBIRÁS POR GRADAS A MI ALTAR, PARA QUE NO SE DESCUBRA ALLÍ TU DESNUDEZ.-

Estas gradas podemos considerarlas como pedestales de estima personal.
De esta forma cualquier intento de establecer una personalidad buscando fama y estimación hacia la labor que se realiza es tratar de ascender las posiciones de elevación por medios personales, y no utilizando el camino natural, establecido por Dios para todo el propósito relacionado con su obediencia o alabanza.

En ocasiones anteriores pudimos hablar de la desnudez como la debilidad interna de las cosas, que por medio de subterfugios se cubre. De esta forma el ropaje son las características externas de las cosas y protecciones que se utiliza para no dejar ver las fallas fundamentales que contiene una filosofía o concepto.

Como en el caso de Adam, que cuando comió del árbol prohibido pudo percatarse de su desnudez que hasta ese momento Dios la había mantenido inadvertida con el ropaje de la inocencia.

Tal es el caso de Noé, que cuando bebió hasta la embriaguez, mostró su desnudez, como dando a entender su condición humana y vil.

Por ello, Cam, al no intentar cubrir los errores interpretativos de la tradición, en este caso representado por el ropaje que el padre llevara y el cual con la liberación del su inocencia por medio del vino, reveló su desnudez, siendo esto motivo de profanación para Cam.

Ahora vemos nuevamente la desnudez representada como una profanación del altar. Esta profanación es debida al hecho de escalar posiciones sociales ostentosas estableciendo que son los meritos propios (las gradas de ostentación humana) las que han hecho posible el ascender a esas alturas que Dios manifiesta y no el hombre. Siempre surgirá el descrédito y la perdida de credibilidad al hacerse manifiestas las condiciones imperantes para que se pueda comprender la realidad de lo ocurrido, dándosele crédito merecido a Dios que es la figura que se busca, representado por el altar de tierra, en el caso individual, o el altar de piedras sin elaborar por el hombre en el caso de una colectividad.

Hemos podido comprobar a través de los siglos, que todo cuanto el hombre ha hecho con el fin de proclamar su gloria personal, se ha venido abajo proclamando su desnudez ante el paso de los años que ha demostrado su vanidad su vanidad insostenible ante la presencia de realidad de las cosas de Dios en su forma original, que crece en lugar de menguar con el transcurso del tiempo, escalando, cada vez, un lugar más elevado en el corazón del hombre que busca la grandeza de un altar que Dios ha hecho de lo más elemental, del polvo de la tierra, que es el hombre, movido por su Espíritu Santo.

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