Rincón de Dios
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"E L N A U F R A G I O (parte 2a)"

CAPITULO VII
¿POR QUE DE LOS TROPIEZOS?

Cuando ya todos estaban calmados y habían dejado en paz al rabino, el bote seguía a la deriva, flotando sobre las aguas.
Uno de los del grupo del cura se le acercó y le dijo:

"Padre... ¿Por qué usted cree que nos haya pasado todo esto?" ¿Por qué hemos tenido tantos tropiezos para llegar a la tierra prometida?... "

El cura se volvió hacia el cielo con mirada implorante de resignación. Después miró hacia el hombre que le preguntaba y le contestó:...

"Hijo mío, los misterios de la fe son inescrutables. No podemos decir nada de los planes del Señor... Solamente decir que Él sabe lo que está haciendo"...

El miembro de su iglesia le dijo:...

"Si padre... pero... óigame es que llega un momento en que uno pierde la fe... se siente desesperado, perdido"...

El cura le dijo entonces:
"Paciencia hijo... Ya verás como todo se resuelve... No te desesperes... Todo se resolverá cuando lleguemos a la tierra prometida... Ya verás... No pierdas la fe en tu santa iglesia"

El pastor se levantó de repente y dijo exaltado:...

"Esto nos ha pasado porque somos una generación malvada... tenemos que estar en el Señor... Tenemos que hacer remisión de nuestros pecados por medio del carnero pascual. Ninguno de ustedes ha dedicado su vida al señor... Están en una fe equivocada y deben venir a donde estamos nosotros que tenemos la fe verdadera. Por eso el mundo está pasando por lo que está pasando... Estas son unas señales de los tiempos finales... El Apocalipsis está acercándose... Todos tenemos que prepararnos para alcanzar al Señor bautizándonos con sus aguas de Vida"...

Y diciendo esto tomó la lata que tenía en la mano... y empezó a echarse agua por encima con gran deleite y disfrute reverencial...

"Hermano... échenos el agua a nosotros también"...
dijeron unos cuantos que se sentían inclinados hacia la fe del pastor...

El pastor comenzó a echarles agua por la cabeza a los que habían acudido a su bautizo... Así el pastor los bañó con las aguas de aquel mar embravecido, una y otra vez, mientras que, enardecido, decía oraciones llenas de fervor y hablando en lenguas angélicas, según él...

Pero uno de los otros, que no era de ninguna secta dijo...
"Bueno... Basta ya de estarse echando agua... porque el agua la están metiendo en el bote y va a llegar un momento en que todos nos vamos a hundir... Por favor dejen eso ya"...

El pastor enfurecido le gritó:
"Hereje... no sabes lo que estás diciendo... Éstas son las aguas bautismales del Señor; porque donde quiera que se reúnan dos o más personas en Su nombre, Él estará presente"...

"Bueno... serán aguas del Señor o lo que ustedes quieran, pero esténse quietos ya, aquí hay muchos que no somos de los de ustedes... Ustedes dicen que están bien limpiecitos y bien bañaditos... ¿No? OK, dejen que nos coja el Apocalipsis a nosotros cuando venga, y no la provoquen ustedes antes de tiempo con tantas discusiones"...

Todos se quedaron callados... Viendo la actitud del hombre que estaba agresivo, el pastor se sintió medio atemorizado y dejó de echarles agua a los fieles de su congregación...

CAPITULO VIII
LA HORA DE HABLAR

Después de aquello, uno de los neutrales dijo:
"Señores, lo que ha pasado es muy sencillo... Son los fenómenos de la naturaleza que son cosas muy normales... Hubo una tormenta y el barco se hundió. No es nada de eso que ustedes siempre están anunciando... El mundo no se va a acabar... Porque si se acaba el mundo, se acaba Dios... porque Dios es el mundo también... Además si no hubiera bote ya el mundo se habría acabado para todos nosotros"...

Entonces se viró hacia el rabino y le preguntó:
"A ver... ¿Qué cree usted de todo esto?"...

El rabino los miró a todos medio encogido... pero se quedó callado y no dijo nada... Entonces el hombre insistió...

"Vamos... Vamos... Habla ahora"

El rabino entonces, con un gesto tímido dijo...
"Mejogr es que yo no habla... pogrque cada vez que yo habla, me dan golpe... y yo tiene que pagagr la consecuencia... Así que mejogr que yo me queda callado la boca"...

"No... No... No... ya es hora de que empieces a hablar de una vez"...
dijo el hombre nuevamente...

"Bueno... Está bien, si ustedes quiegren les digré... Yo cgreo que cada vez que alguno quiegre pensagr... que lo suyo es mejogr que lo del otgro... empiezan las peleas... pogr eso estamos así"...
dijo el rabino decidido a hablar...
"Por eso yo sigue pensando que lo mejogr es que Dios nos quite todo... pogrque ya ven que cuando da, aunque sea un poco de agua nada más, ya empiezan a fajarse pogr el agua. No sabemos compagrtir con todo el mundo... Así que me hace el favogr, me deja tgranquilo... a vegr si tengo la suegrte que puedo aguantagr hasta que alguien nos encuentgra... o hasta que viene el Mesías y nos mogrimos de una vez"...

Entonces uno de los que estaba allí comenzó a reírse diciendo:
"Será cuando venga otra vez... porque según estos otros ya el Mesías vino... Bueno... La verdad es que el judío éste... es la candela. En una situación como esta sigue con su filosofía y todas esas cuestiones... Mira todavía tiene el gorrito ese en la cabeza... Bueno cada loco con su tema"...

El rabino solamente bajó la cabeza sin contestar nada...

CAPITULO IX
EL PEZ ENORME

El sol, por su parte, comenzó a calentar violentamente... Ya todos empezaban a tener sed y hambre... Cada vez era más tensa la situación... Porque en medio del mar, ahora que no soplaba ni una suave brisita... el sol estaba en toda su fuerza... Todos estaban verdaderamente sofocados y se sentían desfallecer..

En ese momento apareció un pez muy grande que comenzó a darle vueltas al bote examinándolo...

Uno de los marineros dijo:
Miren... miren que clase de pez más grande... ojalá no se le ocurra atacar este bote, porque si nos ataca yo creo que puede hasta virarnos...

Entonces el cura dijo nerviosamente...
"Paciencia... paciencia hijos... Mejor no hagan ruido... Vamos a ponernos todos en el centro del bote, junto al rabino, para ver si el bote no se vira"...

Todos fueron hacia el centro del bote y apretujaron al rabino para acomodarse en el medio del mismo...

"Hermanos... Yo creo que eso es un Leviatán"...
dijo el pastor
"Lo que tenemos que hacer todos ahora es estarnos tranquilos y buscar como combatir al Leviatán... Vamos a ver si alguien tiene por ahí un cuchillo... o algo por el estilo"...

Entonces uno de los marineros dijo:
"Bueno... yo tengo por aquí una cuchillita para casos de apuro... ¿Pero qué podemos hacer con una cuchillita contra ese tremendo animal?"...

"Podemos coger uno de los remos, le amarramos la cuchillita, y cuando se acerque el animal, se la clavamos en la cabeza como si fuera un arpón...

Dijo otro de los marineros neutrales y continuó diciendo…

a lo mejor lo matamos, esa será nuestra arma"...

"Yo creo que eso lo que va a hacer es enfurecerlo más y vamos a tener problemas porque nos va a atacar con más fuerza"...

dijo otro marinero... Entonces uno más, medio asustado, contestó...

"Si... lo mejor es que colaboremos todos y mantengamos la calma... Vamos a ver si cuando se acerque por aquí le damos con el remo en la cabeza y el animal se aturde y lo matamos"...

Todos estuvieron de acuerdo en que eso era lo que había que hacer... Ya no había discusión, porque ante el peligro todos se habían unido...

El pez enorme seguía dando vueltas alrededor del bote...
Al sentirse acosados todos los que estaban en el bote dejaron la discusión y se unieron contra el enemigo común... .Ya no había peleas de ninguna clase...

CAPITULO X
UNIDOS ANTE EL PELIGRO

Mientras... el pez enorme seguía dando vueltas alrededor del bote con gesto amenazador...

Entonces el rabino dijo:
"Vamos a pedigr a Dios que nos dá una solución pagra este pgroblema... Pogrque como Él esta viendo que ahogra estamo unidos, el único que nos puede ayudagr es Dios"...

"Sí... es verdad tiene razón el rabino, vamos a pensar unidos y usar todas las cabezas a ver si entre todos podemos solucionar este problema"...
dijo el pastor decidido"...

Así se quedaron tranquilos todos cambiando impresiones... hasta que uno de los marineros dijo:
"Bueno... Si tuviéramos la suerte de poder matar este animal... tendríamos comida ahí... Fíjense que cantidad de comida tiene... Vamos a hacer una cosa; que uno de nosotros meta la mano en el agua y la saque enseguida, a ver si el animal se acerca y le damos con los remos en la cabeza y lo matamos"...

A todos les pareció muy buena la idea y estuvieron de acuerdo... pero uno de ellos dijo lentamente...

¿Quién es el que va a meter la mano en el agua?...

Hubo un largo silencio.
Después todos se miraron... nadie respondió ni una palabra...

"El caso es que resulta peligroso meter la mano... ¿Quién va a sacrificarse por los demás?... ¿No hay ningún Cristo por aquí?".

Todos volvieron a mirarse con caras inocentes... hasta que uno dijo:
"Vamos a meter la mano del judío... Por él es que estamos así... Que le sirva de ejemplo eso para que se convierta"...

"Un momento... Señores, esta bueno ya de cogerla con el judío... Él es igual que uno de nosotros y está en el mismo bote pasando todo lo que nosotros pasamos... Siempre la mano del judío es la que usan para echarle la culpa de todo... Vamos a dejarlo tranquilo. Toda la vida la han estado cogiendo con los desgraciados judíos, ya es hora de que los dejemos quietos... ¿No está él sufriendo lo mismo que nosotros?"...

El rabino se paró pidiendo silencio con la mano y diciendo..
"Señogres... yo les va a dagr una idea... óiganme... ¿Pogr qué tiene que segr la mano?... Vamos a ponegr un palo, o una grrropa... o cualquiegr otgra cosa y ya está... No tiene que segr la mano"...

"Ah... Sí... está bien... Vamos a probar a ver qué pasa"...

Entonces cogieron una de las camisas de los que aún las tenían y empezaron a golpear encima de las aguas...
El pez enorme se paró en las aguas a una distancia como de doce pies y se quedó mirando fijamente hacia el bote...

Todos se quedaron vigilando cautelosamente al pez enorme que se veía color escarlata debajo de las aguas. Parecía una bola de fuego dispuesta a dispararse hacia el bote...

Entonces el pez enorme cogió impulso y se lanzó contra el bote a toda velocidad...
Cuando el mismo estaba ya junto al bote... Todos gritaron a la vez:

"Ahora... duro y con fe"...

Y... Bang... Cataplum... Bing... Bong, le dieron cuatro remazos por la cabeza y Plum... Bam... Bum... Ramplan... le volvieron a dar cuatro remazos más y otros cuatro, hasta completar doce... y con tan buena suerte, que el último de los remazos le dio en el seso al pez enorme.

Éste quedó muerto, flotando en las aguas con el vientre hacia arriba...

"Rápido... rápido... Con la cuchillita córtenle unos pedazos enseguida y ábranle el corazón, no vaya a ser que despierte de los golpes y ataque de nuevo"...

Entonces cogieron la cuchilla y empezaron a cortar el pez enorme para tener la certeza de que el mismo estaba muerto.

CAPITULO XI
ESTE PEDAZO ES MÍO

El que tenía la cuchillita dijo:
"Este pedazo que corté aquí déjame echarlo para acá para guardarlo para mí"...

Y cortó un pedazo del pez enorme y se lo guardó junto a su pecho, en el lado del corazón, para protección...

"No... No"...
gritó otro de los presentes...
"Dame ese pedazo para mí... y coge tú otro"...

"No... De eso nada... Si quieres tú, trabaja y córtate tu pedazo para ti... Éste es mío"...

Y se abrazó fuertemente al pedazo de animal que había logrado cortar...

"Pero yo no tengo con que cortarlo"...
dijo éste...

"Ni yo tampoco"...
dijo otro...

Y empezaron a fajarse nuevamente por el pedazo de pez enorme que el de la cuchillita había logrado cortar...
Todos empezaron a hacer fuerza contra el hombre de la cuchillita. Éste defendía su pedazo de pescado con vehemencia, hasta que el pedazo, de un golpe, por fin, se cayó al agua.

Entonces uno de ellos gritó...
"Mira... se cayó... cógelo... se lo lleva la corriente"

Otro de los que estaba fajándose por coger un pedazo del pescado aquel, se abalanzó contra el de la cuchillita y trató de quitársela meneando el bote peligrosamente...
Cuando estaban ya al borde de la embarcación, casi cayéndose al agua los dos, vino otro pez, más grande que el anterior, y de un sólo bocado se llevó el resto del pescado que tenían agarrado del bote.
Con el movimiento brusco del pez, hizo que también se cayera al agua la cuchillita que habían utilizado con anterioridad para cortar los pedazos del pescado anterior...

"Ahora sí estamos desgraciados... No somos pescadores"...
gritó el marinero de la cuchillita con desesperación...

Todos detuvieron la pelea y solo pudieron ver la onda que hacia la mar por donde había salido el otro enorme pez que se comió al primero...

Entonces el rabino dijo...
"Otgra vez vuelven a peleagrse pogr la misma cosa... ¿Cuándo vamo a apgenderg... Todo lo que nos ha pasado es pogr segr así... porgque no sabemos segr hegrmano... Tenemos que segr hegrmano... Calma pogr favogr... Ta bueno ya de tanta pelea"...

"Cállate la boca... Tú mismo eres el culpable, por haber estado atravesado aquí, en el medio del bote... Lo que debíamos haber hecho es haberte tirado al agua para que nos dejaras tranquilos a todos de una vez"...

El rabino se encogió de hombros tímidamente y comenzó a balancear su cuerpo rítmicamente, en tanto entonaba un salmodia quejumbrosa que leía en su libro de oraciones.
CAPITULO XII EL BOTE SE ROMPE, TODOS CAEN AL AGUA
En medio de la discusión que sostenían todos, el enorme pez volvió a prepararse, detenido frente al bote, el cual, dando un salto descomunal... cayó en el mismo centro del bote...
El bote se partió en varios pedazos, igual que un cascarón de huevo que lo golpearan con el puño cerrado, y todos cayeron al agua...

Despavoridos comenzaron a gritar a la vez que aterrados en medio de la desesperación y el peligro hacían esfuerzos supremos tratando de huir del enorme pez...

"Dios mío... sálvanos... ten piedad... auxilio"...

Todas las voces y los gritos de desesperación hacían horrorosa la escena que estaba ocurriendo...

Entonces, el enorme pez vino hacia todos los que nadaban en las aguas aquellas con la intención de comérselos de un bocado...
Pero cuando llegó junto a la primera de sus víctimas...
El pez se detuvo en seco sin hacerle nada...

Todos, que ya estaban resignados a morir allí mismo, se quedaron perplejos al ver que el pez no se los engullía de una vez...

El cura, medio ahogado por el peso de la sotana, solo pudo decir:
"Dios mío... Esto es un milagro tenemos que agradecerle al Señor Todopoderoso que lo ha detenido... Gracias Padre... aguántalo, te lo pedimos en el nombre de tu hijo amado"...

"Ahogra sí... este animal va a comegrnos a todos... Ay Moshé grrrabenu... Si estuviegras aquí paga abgrigr las aguas como en el desierto al salir de la tiegrra de Egipto... ¿Que podemos hacegr ahogra Adonay Sebaot?"...

"Ésta es la maldición de la bestia de las aguas, ésta es la segunda bestia, el Leviatán... Estamos en la antesala del cielo... ¡OH! Señor... Dios misericordioso... ayúdanos"
Decía el pastor, que a duras penas podía ya flotar.

Así estaban todos orando al mismo tiempo, mientras el enorme pez seguía frente a ellos, mirándolos con todos sus ojos...
Su boca era enorme y llena de dientes capaz de tragárselos a todos de un sólo bocado si lo quisiera... pero... no los atacaba... Parecía estar detenido por una fuerza misteriosa...

CAPITULO XIII
EL JUICIO DE LOS LAICOS

Así se quedaron flotando en las aguas.
Mientras, el feroz Leviatán, como lo llamaban todos con reverencia, los rodeaba amenazador... pero sin atacar...

Entonces uno de ellos dijo:
"Miren... Allí está el pedazo más grande del bote... Vamos a intentar subirnos a él para ver si nos salvamos"...

Y así todos se fueron acercando hasta aquel pedazo de bote... Y vieron que allí, encima de él, estaba el marinero que siempre daba las ordenes desde el principio... Y cuando se acercaron al bote para subirse... el marinero les gritó enfurecido:...

"Esta bueno ya... No quiero a ninguno de ustedes aquí... Por ustedes es que ha pasado todo esto en este viaje... Aquí lo que tenemos que hacer es dejar fuera a todos los religiosos... Ahora, esto es, sólo para los que no creen en ninguno de los grupos de ustedes... porque los religiosos lo que vienen a hacer es a darnos un ejemplo malo a nosotros diciendo que Dios es bueno y luego son los primeros que se fajan y se matan entre sí... ¿Qué clase de ejemplo es ése que nos vienen a dar?... Por eso es que este bote se ha hundido. Por culpa de sus discusiones religiosas es que ahora estamos pasando todo lo que estamos pasando en medio de este mar tormentoso que nos lleva la vida"...

"Pero hermano... recapacite"...
gritó uno de los fieles...

"¿Que recapacite?... Y... ¿Por qué creen que me he puesto así?. Precisamente digo esto porque recapacité... Sigan por ahí y agárrense de otra tabla... porque si no les voy a dar un remazo a cada uno en la cabeza"...

El cura, acercándose más, le dijo:
"Hijo... Por favor... déjanos subir... ten misericordia"...

"¿Que tenga misericordia?... ¿Acaso ustedes la tuvieron cuando eran los que mandaban?... Nadie podía acercarse a su nave si no era uno de los suyos"...

"Hermano en el nombre de la santa iglesia de Dios te conjuramos para que nos dejes subir... acata los evangelios"...
le dijo el pastor con gesto firme y decidido...

"Ahora quieren subir... después que dicen que todos nosotros vamos a parar al infierno por pecadores... Canten... Canten ahora, y vayan para la gloria, y digan aleluya... Déjenme a mí ahora, sólo en el lago de fuego y azufre... sálvense ustedes como siempre predican... Ahora el que manda soy yo"...
y levantó amenazador el remo que tenía en la mano para mantenerlos alejados...

"Oiga señogr... grrecapacite y déjano subigr... dano opogrtunidad, hijo... danos tú el ejemplo"...
dijo el rabino acercándose a poner una mano sobre el borde de la improvisada nave...

"¡¡¡Quita!!!... quita la mano de ahí
(gritó amenazándole con el remo en alto)
Ustedes los judíos creen que se las saben todas... Ahora quieres oportunidad... pero después que llegas arriba te las arreglas para quedarte con todo y vivir sabroso la vida ¿Eh?... Siempre nos hacen trabajar a nosotros para ustedes... Todo el dinero, y todas las cosas mejores son para ustedes, y después no nos dan nada a nosotros... Todo se lo quieren repartir entre ustedes nada más... Quita... quita la mano de ahí, ó te doy un remazo por la cabeza a ti también"...

"Pegro entiende hijo... tenemos que apgrendeg a ser mejogres, si nosotgros fallamo, no falla tú también, Migra lo que pasa a lo judío cada vez que se pogrtan mal con Dios."
El rabino quitó la mano del bote, temeroso del remo que el hombre blandía amenazador...

"¿Que cosa voy a aprender de ustedes?... Nos dejaron la Biblia y toda esa serie de cosas que ni ustedes mismos creían en ellas... Yo creo que eso era un truco de todos ustedes para ponernos a trabajar mientras ustedes discuten y se fajan"

"Hermano... te conjuramos en el nombre del Dios de los cielos que nos dejes subir... El Leviatán va a tragarnos y luego vas a ser juzgado ante Dios... atiende la voz de tu conciencia"...

"Hace rato que se los debía haber comido... porque ustedes son perfectos para alimentarlo... No se que lo detiene... Debía haberse dado banquete con la carne de ustedes... Váyanse"
Después de estas palabras les dio la espalda y se metió dentro del pedazo de bote que flotaba a la deriva...
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