Rincón de Dios
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"E L N A U F R A G I O (parte 3a)"

CAPITULO XIV
LA JUVENTUD MANDA AHORA

En ese instante, un jovenzuelo que estaba anteriormente dentro del bote también, y que antes pasaba inadvertido le dijo al marinero:...
. "Marinero... marinero... yo no quisiera ver un espectáculo como éste... No me dejes ver esto para que yo lo cuente en el futuro... Y ustedes, los que están ahora en el agua, entiendan que tienen que cambiar... Lo de ustedes estaba bueno para los antiguos... pero ya sus ideas hay que cambiarlas"...
Después de estas palabras se volvió hacia el marinero con gesto casi autoritario y le dijo firmemente:
"Marinero... déjalos subir"...

Entonces se volvió hacia los religiosos... y les dijo...
"Y ustedes... tienen que prometer que van a cambiar su manera de ser... Menos palabras, más hechos... déjense de tantos rezos, y vengan de nuevo al principio... Sin diferencias por los ritos que cada uno tiene. Iguales en la conducta, sin peleas, ayudándonos unos a otros... y vamos a remar todos unidos para llegar a la playa"...

El marinero se le quedó mirando meditabundo; y bajando el remo amenazador dijo, al parecer no muy complacido:
"Está bien... hay que darle una oportunidad a la juventud a ver qué es lo que hacen los jóvenes... A ver ustedes... Zánganos... suban arriba otra vez"...
Y extendiendo el remo, los ayudó y los subió al pedazo de bote que quedaba...

CAPITULO XV
EL NUEVO, VIEJO PASAJERO

En ese momento se oyó una vocecita tímida diciendo...
"¿Pueden darme una oportunidad a mí también?"...

Cuando miraron hacia el lugar de donde partía la voz vieron a uno que nadaba... No se sabía si era Indio, Árabe... o qué es lo que era... pero era otro de los que habían estado en el mismo barco desde el principio.
Él también se dirigía a la tierra prometida, acompañado de los suyos... Estos nunca habían dicho nada por temor a que se burlaran de ellos... pero ahora se decidieron a hablar para no ahogarse...

"Déjennos subir a nosotros también, por favor, nosotros estamos en las aguas y vamos adonde van todos ustedes"...
Así dijeron los que venían con él...

"Bueno... está bien... suban ustedes también... Al final, o nos ahogamos todos, o nos salvamos todos para llegar a la tierra prometida"...
dijo el marinero con gesto conformista... Y echándole una mano los subió al pedazo de bote que quedaba...

Ahora todos estaban otra vez a la deriva dentro del milagroso pedazo de bote... Ya no se sabía lo que era aquello que flotaba por la cantidad de gente distinta que llevaba... Éste era el último intento de salvación que tenían...

Entonces, el joven, se paró en medio de todos y dijo:...
"De ahora en adelante los religiosos no van a intervenir en nada de lo que pasa aquí... ¿OK?. Ahora las cosas se van a hacer de común acuerdo con la juventud que es la que ahora tiene la última palabra. Todas esas ideas antiguas, todos esos atrasos, y todas esas boberías que hasta aquí han tenido a todo el mundo embobalicado se van a acabar... Así que está bueno ya "...

Todos se quedaron callados. Por él era que los habían dejado subir al bote, porque, los viejos creyentes ya no creían en nada y estaban más fieros que al principio...

"Bien... lo primero que vamos a hacer ahora es: A quitarnos las ropas y a tirarlas al agua. Estas ropas están sucias, infectadas y llenas de contaminaciones... Así que, a quitarse el ropaje todo el mundo"...

Todos se miraron seriamente. Pero los más liberados se quitaron rápidamente las ropas y las tiraron al agua... Mientras, los religiosos empezaron a hacer comentarios...

"¿Esto... qué cosa es?"...
dijo uno...

"Pero... ¿Cómo es posible esto?...
comentó otro...

"Yo no puedo hacer esto... me da vergüenza"...
dijeron otros más alarmados por la petición del joven... Su desnudez era fea y mostraba las llagas del tiempo...

Así comentaban todos... Pero, a medida que los primeros iban desnudándose; al resto no les quedaba más remedio que imitarlos. Al poco tiempo ya no tenían nada que los cubriese... Todos eran iguales bajo el cielo soleado y sin una nube por los contornos...

CAPITULO XVI
LA VERDAD SIN ROPA Y BASTA YA DE DISCURSOS

El bote seguía a la deriva... Cuando llevaban un rato flotando sobre las aguas aquellas, el sol comenzó a castigarlos duramente... Sus cabezas ardían delirantes... Empezaron a sentir los quemantes rayos del sol. Como no tenían nada que ocultara sus debilidades, empezaron a salirles llagas y ampollas a causa de la fuerza de aquellos ardientes rayos de luz...

En medio de esto se levantó el pastor y dijo:
"Hombres de poca fe... Todo esto nos ha pasado por no tener confianza en nuestro Señor Jesucristo... Por eso es que lo signos apocalípticos se están presentando. Todo esto que nos pasa, es para hacernos comprender que si no seguimos sus caminos, seremos arrojados en el lago de fuego y azufre y allí será el crujir de dientes y el... "...

Pero de pronto, dando un salto de su asiento, uno de los marineros se paró interrumpiéndolo malhumorado...

"Mira... Esta bueno ya de discursitos, que ése ya me lo sé de memoria... No me vengan más con todas esas cosas. Los primeros que tienen que aplicarse la lección son ustedes... Aquí lo que necesitamos es comida y agua... Eso es lo que hay buscar"...

"Hijos míos"...
dijo el cura ceremonioso...
"No blasfeméis... No perdáis la fe... Tenemos que estar bien conscientes de que estas son la pruebas que el Señor nos está dando... y mientras más suframos más conocedores de Su palabra seremos"...

El rabino se paró entonces y dijo:...
"Pogr favogr señogres... Ya empezamos otgra vez la discusión... Pogr eso fue que el bagrco se hundió y fuimo todo mundo pagra el agua... Ya... basta ya... Cada cual que haga las cosas a su manegra...
Y elevando la cabeza hacia el cielo, cerrando los ojos con devoción, dijo compungido…
¡Ay!... Adonay Sebaot... Moshé Grrabenu... ayúdanos... pogr favogr te suplicamos"...

Ajeno a todo aquello, el individuo que habían recogido a última hora con los suyos, sacó un pequeño muñequito que llevaba en una bolsita, Después sacó unas hierbitas poniéndolas delante del muñequito y comenzó a hacer unos conjuros llamando a sus dioses con voz casi imperceptible.-

Entonces todos los religiosos comenzaron a murmurar contra él... Cada uno conjuraba a su manera pidiendo a los que adoraban al muñequito, que dejaran de hacer esas supercherías. Así era como se llamaban secretamente los unos a los otros, resultando que todos decían que los otros eran supercheros. Bueno... En definitiva, cada cual lo hacía a su manera, fuera superchería o no...
El ambiente comenzó a caldearse nuevamente...

El joven volvió a dar órdenes diciendo...
"Otra vez estamos volviendo a lo mismo... Lo primero que les dijimos era que dejaran todas esas cosas de ustedes afuera. Sabíamos que iban a empezar las discusiones nuevamente... Si siguen así los vamos a echar al agua a todos... Quiero que lo sepan bien ¿Eh? Los vamos a echar al agua para que se los coma el pez ese, o el Leviatán, o como quieran llamarlo"...

Entonces, el individuo, obedientemente, recogió todos sus dioses y se los guardó en el pecho, del lado del corazón... donde no se los viera nadie... Mientras, todos los demás, asustados por las palabras del joven, se callaron la boca...

En ese momento el que había estado capitaneando la nave, mirando hacia el horizonte, vio unas gaviotitas volando...

Inmediatamente dijo entusiasmado:
"Miren hacia allá... Por allí debe estar la tierra... porque donde hay tierra siempre hay aves volando... Vamos a hacer un esfuerzo todos para ver si llegamos a la tierra"...
Todos se pusieron contentos y entusiasmados ante la promesa de encontrar la tierra. Cayendo de rodillas, cada cual dio gracias a su manera...

CAPITULO XVII
MIENTRAS MÁS REMABAN MENOS AVANZABAN

Empezaron todos juntos a remar furiosamente, mientras cada cual oraba de acuerdo con sus creencias, para ver si llegaban a la tierra... Pero, mientras más remaban, menos avanzaban... y mientras más remaban más lejos se veía la tierra...

De repente, como una aparición sorpresiva, salió nuevamente el Leviatán, interponiéndose entre el bote y la tierra...

Todos escondieron las manos aterrados ante la presencia del Leviatán que permanecía inmóvil detenido frente al bote... y dejaron de bogar inmediatamente...

"Dios de misericordia... ¿Qué podremos hacer ahora?"...
dijo el cura juntando las manos en oración...

El rabino se amarró más fuertemente las filacterias para evitar que se le cayeran y comenzó a orar frenéticamente... A su vez, el pastor empezó a hablar en lenguas con más vehemencia que nunca, como para conjurar a los ángeles en su auxilio...

"Esténse quietos todos... Vamos a ver qué hacemos con ese Leviatán. Ustedes sigan orando... a ver si es verdad que Dios los oye y nos saca de este lío"...
dijo el marinero...

"Hijos míos yo creo que el Leviatán nos está anunciando que debemos combatir algunos pecados nuestros... Siempre aparece cuando discutimos"...
dijo el cura nerviosamente...

"Sí... Es verdad"...
dijo el pastor...
"Ese Leviatán es el simbolismo de Satanás... Está en el medio de las aguas, como dice la profecía apocalíptica... y como tal debe ser arrojado del camino... Sus espíritus malvados están dondequiera"...
gritó con más fuerza aún el pastor predicando a toda voz...
"Vamos a conjurarlo para que se vaya... Todos hagan un pensamiento a su usanza y vamos a ver quién es el que lo domina"...

Subiéndose sobre un pedazo de madera, a manera de púlpito, dijo con voz estentórea:
"Espíritu inmundo... aléjate... Apártate del camino... Permítenos la entrada a la tierra prometida... Te lo pedimos en el nombre de tu hijo amado Cristo Jesús"...

Esperaron un rato mirando tensamente al Leviatán...
Pero el Leviatán no se movía... Sólo enseñaba la boca llena de dientes que podía, de un bocado, tragárselos a todos si lo quisiera...
No se sabía por qué no estaba atacando...

Entonces el cura se adelantó y dijo:
"Hijos... recemos un rosario y pidamos a la virgen María, madre de Dios, que ruegue por nosotros los pecadores"...

Y empezaron a hacer el rosario, con un rosario de oro y piedras preciosas, que llevaba oculto en el pecho. Los que lo seguían cada vez se emocionaban más, hasta que por fin terminaron...

Una vez acabado de hacer el rosario, miraron hacia el Leviatán, para ver el efecto que esto le hacía al mismo...

Pero el Leviatán... no se movía... Permanecía con la boca llena de dientes que podía tragárselos a todos de un bocado si quisiera...

Entonces el rabino se puso el talit y su gorrito y empezó a orar... ."Shemo Isroel adonoy eloenu adonoy ejod... "
y fervorosamente siguió haciendo su oración en hebreo para ver el efecto que esto hacía en el Leviatán... hasta que por fin terminó...

Miró hacia el Leviatán con la esperanza que le daba su fe inquebrantable...
Pero... el Leviatán... nada... no se movía... permanecía allí con la boca abierta llena de dientes que podía tragárselos a todos de un bocado si quisiera...

Entonces, como un supremo recurso, el último pasajero también ensayó sus oraciones... Sacó su muñequito nuevamente y lo colocó sobre el bote ante la mirada de todos, que ahora le dejaron hacer sus pases mágicos, esperanzados en cualquier cosa que los sacara del apuro...
Sacó unas hojitas olorosas que traía guardadas para ocasiones especiales... las restregó contra el muñequito, y tirándolas ceremoniosamente al agua, se puso a orar... Mientras, mirando al Leviatán, le hacía señas para que se alejase...

Pero el Leviatán ni se inmutó... seguía allí, parado frente al bote, con la boca abierta llena de dientes que podía tragárselos a todos de un bocado si quisiera...

CAPITULO XVIII
EL LEVIATÁN NO SE DOMINA CON ORACIONES

Alguien, ajeno a los grupos gritó perdiendo la paciencia...
"Basta ya... Las oraciones de los religiosos no sirven... Fíjense que de nada vale que estén orando y pidiendo... Ya ven que el Leviatán no se va... Hace falta algo más fuerte... más profundo"...

"No seas blasfemo hijo"...
dijo el cura indignado...
"Las oraciones son necesarias para la salud del alma"...

"Claro que sí"...
dijo el pastor interrumpiendo bruscamente...
"El Señor dijo... pedid y se os dará"...
y sin prestar atención a nada más, todos siguieron orando. Hasta el hombre del muñequito se unió al grupo orando cada cual a su manera...

Pero el Leviatán no se movía... Lo único que lograban era hacer que no los atacara pero... no se iba... seguía allí con la boca abierta llena de dientes para tragárselos a todos de un solo bocado si quisiera... El mismo hombre volvió a decir...

"Les repito que hay que hacer algo más... Con oraciones no se va... hay que procurar hacer algo más profundo... Miren... cada vez está más feroz... Vamos a ver si por lo menos tratando de unirnos más y dejando tantas divisiones logramos que se vaya... Tenemos que olvidar esa idea de que unos somos mejores que los otros... porque eso es lo que demostramos cuando oramos así, unos de una forma u otros de esta otra... Vamos a eliminar las divisiones... Vamos a juntar las manos y a sentir de corazón que sí estamos hermanados"...

La juventud, vehemente como siempre, se puso en pie entusiasmada con la idea y dijo:...
"Bueno, por lo menos eso es distinto a todo lo demás que traen las religiones... desde siglos atrás... Esto suena distinto, y como que éste es el momento de reformarnos y buscar mejoras en nuestra actitud... Me gusta esa solución... Vamos a darnos las manos todos juntos, y a quitarnos nuevamente las ropas, porque se quitaron unas y se pusieron otras pero aún siguen estando sucias íntimamente... Vamos unámonos"...

Y se dieron las manos todos y empezaron a decir...
"Somos hermanos... Amén...
Somos hermanos... Amén...
Somos hermanos... Amén"...

Cada vez lo decían con más fuerza y vehemencia, llegando a sentir que era verdad lo que decían...

Entonces, mirando al Leviatán, notaron como éste cerraba la boca y... lentamente... se daba media vuelta... y se hundía suavemente en las aguas, desapareciendo de la vista de todos...

Un silencio reverente y profundo se hizo ante las onduladas aguas que se tornaron limpias y claras de repente.

La voz que había hablado al principio dijo esta vez:
"Esa es la solución. No se domina al Leviatán con oraciones, ni con peticiones, ni nada por el estilo... se domina con hermandad... con Amor"...

CAPITULO XIX
ESTA LLOVIENDO MANÁ DEL CIELO

Y cuando terminó de decir estas palabras comenzó a llover suavemente... Todos miraron y estaba cayendo una lloviznita distinta... Parecía nieve... Pero no era nieve pues calentaba en vez de enfriar... Eran como unos copos blancos... Entonces el rabino dijo asombrado...

"Baruj shemo... Ay Moshé GRrrrabenu... esto pagrece el maná que comiegron nuestgros padgres cuando saliegron de la tiegra de Egipto... ¡¡¡Sí, es MANÁ!!!...

El cura miró al rabino y dijo también...
"Efectivamente... Es maná... La virgen ha hecho intercesión por nosotros bendiciéndonos"...

"Hermanos... recojamos el Maná... y comamos que es el alimento de las alturas para nuestras almas"...
dijo el pastor recogiendo fervorosamente los blancos copos de aquello que caía del cielo y que todos decían que era Maná...

Todos empezaron a recoger maná... o por lo menos creyeron que era maná... y comieron hasta que se sintieron satisfechos...

Tan pronto como terminaron de comer el maná... Todos guardaron un poco de éste, previendo, según ellos, lo que pasaría si al día siguiente no volvía a caer... Cuando todos estaban ya con sus raciones guardadas para el otro día...
Vuelve a surgir una ola grandísima que casi vuelca el pedazo de bote en que todos flotaban milagrosamente. Entre espumas y grandes olas volvió a surgir el Leviatán de los mares. Venía como siempre, furioso, con la boca abierta, llena de dientes como para tragárselos de un bocado si quisiera...

Al verlo, se llenaron de terror y empezaron a gritar confusamente sin saber por qué el Leviatán había vuelto a aparecérseles impidiéndoles el camino hacia la tierra prometida... Sobre todo ahora que ya estaban unidos...

"¿Por qué ha pasado esto?... Misericordia Señor"
dijeron todos, casi a coro...
"¿Por qué ha vuelto lo animal a amenazarnos?"...

Todos estaban lamentándose mientras el Leviatán estaba frente al bote...

En medio de la confusión se oyó una voz, casi imperceptible, que dijo suavemente...
"Perdonen hijitos... pero me parece que aquí está pasando algo que no están tomando en cuenta... Yo no pretendo enseñar lo que no estén dispuestos a aprender... pero... Me parece que de acuerdo con lo que he podido leer en la Biblia... que, supuestamente, es en lo que todos ustedes se basan para todas esas discusiones... puedo decir que todos están equivocados"...

"No seas hereje hijo"...
le respondió el cura irritado...
"¿Como puedes decir eso?... La iglesia ha pasado siglos descifrando las escrituras y ha hecho sus interpretaciones definitivas para todos nosotros... Ese es nuestro dogma de fe"...

"Pegrdona señogr... pegro Moisés dijo que somos el pueblo de Dios... Y el Talmud lo configrmó hace más de dos mil quinientos años"...
dijo el rabino con tono de sabiduría en sus palabras...
"La tgradición es nuestra herencia más valiosa y a ella nos atenemos.

"Nosotros somos los que verdaderamente tenemos la verdad"...
dijo el pastor enseguida defendiendo su religión...
"De acuerdo con la interpretación de nuestros hermanos en la fe y los evangelios que nos dan la vida, éstos dicen que los últimos serán los primeros. Nosotros tenemos la última forma de la verdad... donde sabemos que la sangre de Cristo nos ha salvado"
dijo el pastor convencido.

El de la voz débil no contestó momentáneamente viendo que todos se agrupaban contra él para probar que cada uno de ellos era el portador de la verdad...

Pero sacando nuevas fuerzas dijo...
"No pretendo cambiar la ley... sino que me gustaría que se interpretara a cabalidad... Por eso quisiera hablar de uno de los versículos bíblicos que dice: Misericordia y no sacrificio es lo que pide el Señor Dios... Eso lo dice el viejo testamento para usted rabino"...
y lo señaló directamente...
"Y hay otro pasaje que dice: No todo el que me dice Señor... Señor, entrará en el reino de los cielos... eso lo dice para los otros del nuevo testamento... Así que, no vale de nada la oración y las ofrendas para mejorar las almas... La fe es lo fundamental, y por ella viene la conducta correcta. Ésa es la lección que nos da el Leviatán, que no se irá hasta que lo anulemos con eso"...

Todos se le quedaron mirando y algunos hasta lo miraban con menosprecio como diciendo...
"¿Quién es este mequetrefe que pretende enseñarnos a nosotros?"...

Entonces el Leviatán dio un tremendo coletazo junto al bote, levantando una ola enorme... La fuerza de la ola hizo que el pedazo de bote saltara por el aire, arrojando de su cuna al que había hablado aquellas palabras momentos antes. Éste vino a caer en medio de las aguas turbulentas, justo junto al Leviatán...
Todos quedaron aterrados con lo que había sucedido viendo al que cayera a la mar, flotando indefenso frente al enorme y feroz Leviatán...

Entonces comenzaron a comentar murmurando que aquello era una señal para mostrar que la voz aquella estaba errada, y no hicieron nada por rescatarlo del peligro del Leviatán dejándolo a su propia suerte...

Entonces, el Leviatán llegó junto al que había hablado de los cambios predicando hermandad momentos antes... Éste permaneció inmovil junto al enorme pez.
Todos pensaron que se lo iba a tragar... Pero, al llegar adonde estaba él... Lo tomó con cuidado, con su boca llena de dientes que podía tragárselos a todos de un bocado si quisiera, y levantándolo lo colocó suavemente sobre el pedazo del bote, frente a los desorbitados ojos de los demás...

Todos se quedaron maravillados ante lo ocurrido...
El hombre, sin inmutarse por lo ocurrido, dijo con gesto de satisfacción...
"Jamás he perdido la fe... Y eso es lo que salva... Todos aquí en el bote cuando cayó el maná, no creyeron que era de Dios y lo guardaron por temor a que aquello no pudiera repetirse nuevamente a voluntad de Dios; Pero yo pensé... Si Dios lo envió una vez... bien puede seguir enviándolo en todo tiempo si tenemos fe en ello. Eso me salvó"...
dijo con una sonrisa satisfecha...

CAPITULO XX
ALGO APESTA

Todos se quedaron callados, impresionados por las palabras de aquel hombre que así hablaba... Hasta que uno, olfateando el aire de los alrededores dijo molesto:
"Uff... que peste... esto es insoportable"...
y miró para todas partes buscando la causa del mal olor...

"Miren, es el maná... Se ha descompuesto. Fiuu".
Comenzaron a sacudirse la peste aquella de los lugares donde habían guardado el maná que ya se había puesto viejo... Porque como todas las cosas cuando se ponen viejas... "apestan"...

El maná se había convertido en una cosa putrefacta... La voz volvió a decirles:
Eso es lo que sucede cuando no se tiene fe... Cuando hay comida se pelean por ella en vez de compartirla como Dios manda, y eso es lo que ha pasado...

"Es vegrdad"...
dijo el rabino...
"La Tograh nos dice que tenemos que segr santos, como Dios es santo, pegro enseguida lo olvidamos... y lo que hemos sido es unos diablos y unos demonios. Tenemos que buscagr la manegra de segr santos"...

"Tiene razón el rabino"...
dijo el cura...
"Lo reconozco... Nuestro Señor Jesucristo en varias ocasiones dijo que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios... Dándonos a entender que Dios nos dio la vida, ¿Cómo no nos iba a dar con que sostenerla?... Pido perdón por no haber estado a la altura de las necesidades de mi ministerio"...

Entonces el pastor arrepentido de su conducta se paró y dijo:
"Creo que ha llegado el momento de reconocer que a veces creemos que estamos yendo por un camino y estamos por otro... Nunca nos decidimos a cambiar la ruta cuando es necesario hacerlo de acuerdo con la conciencia y no de acuerdo con nuestros temores y ansiedades... Por eso el Apocalipsis dice que por tibios seremos vomitados, ya que hay que ser frío o caliente, que, o servimos a Dios, o servimos al mundo"...
y bajando la cabeza oró internamente para redención de sus errores...

El hombre del muñequito se despojó de todas sus bolsitas ocultas y botando las hierbas que guardaba en el pecho dijo:...
"Creo que éste era el ejemplo que necesitaba para botar mis atavíos, ya que cuando miraba a estos"...
señaló a los religiosos.
"Veía que ellos también tenían otros atavíos similares a los míos. Que eran como yo... Siempre listos para la pelea contra cualquiera que se nos opusiera... Doy Gracias a Dios por que nos envió a este señ... "...

Pero cuando se volvió para señalar al hombre de la voz que siempre estuvo al fondo del bote... ya éste no estaba allí...

"Pero... ¿Dónde está el anciano que nos había dicho estas cosas?"...

Entonces notaron que había desparecido como si se lo hubieran tragado las aguas... Cuando miraron hacia el Leviatán que todavía estaba allí, ya éste no hacía movimiento alguno. Ahora, el Leviatán había comenzado a cambiar su presencia... Las escamas que cubrían su cuerpo empezaron a convertirse en blancas plumas, y las feroces aletas, se convirtieron en grandes alas... Ante la vista de todos los que miraban aquello asombrados, el Leviatán se fue convirtiendo en un ave blanca, gigantesca... y comenzó a volar grácil perdiéndose en las alturas...

CAPITULO XXI
la tierra prometida

Después, la mar se tornó tranquila como si fuera de aceite... Todos se quedaron maravillados ante el espectáculo que habían presenciado...
Comenzó a soplar una cálida y fresca brisa que venía del oriente... por donde asomaba el sol... La nave, o lo que fuera en que viajaban los hombres, se fue deslizando hacia la orilla como si una mano misteriosa la estuviera llevando, hasta que por fin llegó a la orilla...

Habían llegado a la tierra prometida... Ahora todos tenían una nueva esperanza. Ahora veían las cosas de distinta manera...

Entonces uno de ellos levantó la vista y dijo:
"Miren... miren aquel letrero"...

Todos miraron en dirección al letrero... El letrero decía:

"El Leviatán es... Ustedes mismos... No permitan que vuelva de nuevo"

MORALEJA: "Tu que estás en el bote... "rema"... pero>----->hacia la tierra prometida"...
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