A Dios no hay que imponerlo, sólo hay que demostrarlo.
Dios no es un nombre, es un principio que a su vez es un fin.
No se compra ni se ordena, se le sigue, se le gana.
No se adquiere con un culto o con un rito,
Se te insufla en el pecho con Su aliento
No es particular ni privado
No puede encerrarse en un marco pues es infinito.
No hay organización, filosofía, ni religión que lo acapare.
Está en todo y ES para todo.
Lo puedes hallar en cualquier parte,
Porque Dios esta en ti.
Dios está en tu hermano así como en tu enemigo.
Aquello que desprecias, también es Dios.
Lo que repudias es parte de Dios.
Está en el sano, como en el enfermo.
En el rico como en el pobre,
En el sabio como en el tonto,
Cuando empujas lo haces contra Dios
Cuando atraes lo haces desde Dios.
Cuanto haces lo hace Dios
¿Para gloria? con su ejemplo
¿En deshonra?, sin su luz
¿Crecimiento? en su simiente
¿Para merma? sin su amor.
Todo llama, todo intento,
Todo canto y esplendor.
Una huella no visible.
Un camino sin cercar.
Una fuente sin un grifo
Agua pura sin brocal
Cuando abres tu mirada
Como un río te entrará
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