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Diferencia existente entre ser religioso y ser creyente.
Generalmente se piensa que ser religioso es pertenecer a una de las religiones existentes. Asistir a la misma como miembro numérico de la comunidad donde se establecen los lazos afectivos y se comparten los supuestos beneficios que dicha religión ofrece: seguridad, relaciones sociales y ventajas comunales compartidas, y por ende la protección de Dios que se "piensa" es la base de dicha religión.
Esta es la concepción de muchos que dicen "yo creo en Dios" y aseguran que están en la posición correcta, sin detenerse a pensar si efectivamente están dentro de lo establecido para ser participantes de la creencia que se tiene. Esto no se toma en cuenta a cabalidad por la mayoría de los llamados religiosos, sino que se acentúa la forma y no el fondo de la práctica religiosa escogida
Ahora bien, a diferencia de ser religioso, está el ser creyente o seguidor de un principio nacido de una relación de "confianza" o apoyo en una forma de ver la vida que se supone es la máxima interpretación de la verdad.
Estar con Dios no significa pensar que Dios existe y que a la vez se le considera poderoso.
Estar con Dios no significa rendir un culto de adoración y seguir unas normas rituales encaminadas a ganar el favor de su poder.
Todos los cultos y los ritos existentes no son más que imágenes simbólicas del fondo encerrado en la práctica de los mismos.
Dios no es sobornable, ni influenciable en ninguna manera.
Donde las religiones se diferencian es en la forma de rendirle culto a Dios y es ahí donde surgen las divisiones y contiendas.
Si se sigue un culto, pero se olvida el amar al prójimo como a uno mismo, el culto es vano.
Si por el contrario se hace el esfuerzo supremo por amar al prójimo y hacer todo lo posible por el mejoramiento del mismo, el verdadero sentido de creer en Dios estará cubierto definitivamente.
El culto no es más que un adorno y una forma de ayuda mental que estimula al que lo practica recordándole el fondo simbólico que el culto encierra, pero en nada cumple con los reclamos de amor a Dios cuyas bases son Amor, Misericordia, y Justicia.
Ser religioso no significa que un hombre sea creyente.
Creer es "aceptar desde el fondo del corazón" que lo que se cree es verdadero y por lo tanto se busca la mejor forma de estar acorde con los principios que esto señala.
Creer no es pensar que algo existe, sino sentir y confirmar íntimamente que lo que se cree es verdadero y que es lo Supremo para acatar sus reclamos..
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