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"Esta es una interpretación simbólica del libro del       "Génesis" 
Con ello no pretendemos crear discusiones. Solo buscamos mostrar el mensaje encerrado detrás de la letra en las escrituras, vista desde un punto de vista espiritual y simbólico...

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Uvas del Lagar

DEL TEMOR

El temor es una forma transitoria del pensamiento, donde la fuerza ideal no tiene el vigor necesario para que se obre de acuerdo con sus reclamos.
Sólo la medida de la fé tiene la verdadera fuerza compensatoria que substituye el temor, por el valor, que es el puente entre la ley y la gracia, la distancia existente entre desear o buscar, entre decir o hacer.
La Fe sustituye el temor por el valor de donde surge la confianza que convierte lo dicho en hecho.

"De la libertad"

Libertad, no significa ausencia de orden, sino que es el establecimiento de todas las fuerzas dentro de un límite perfecto y común de todas las partes, sin que unas interfieran o esclavicen a las otras.
No debe confundirse la libertad con la ausencia del orden. La libertad sólo puede existir donde "todas" las partes puedan marchar "libremente" por donde el orden natural y supremo, llámesele Dios, lo ordena.
Entonces se manifestará la libertad, "sujeta" a orden, valga la paradoja, en lugar del caos sin limitaciones que se deriva del libertinaje.

"De la conciliación"

La desconfianza, la duda y las reservas, son como nubes que no permiten que la luz del amor irradie la paz que se desprende de sus influencias luminosas.
Cuando existen elementos que impiden la plena manifestación de la armonía, la unidad se ve afectada.
Solo hay una forma de alcanzar el retorno a la luz, y es, eliminando las nubes que la incomprensión, la indiferencia y la autosuficiencia producen.
La forma de lograrlo es por medio de la comprensión de las quejas del otro bando.
La comprensión se manifiesta por medio de la eliminación de los elementos contrarios a la armonía y la paz entre todas las partes, de manera que pueda establecerse, con claridad, el amor.
La comprensión es la llave que abre la puerta del conocimiento de las causas ajenas.
La conciliación de los temores mutuos es la antesala de la paz.

"De la conciencia"

La conciencia es el reflejo de la voluntad divina tomando cuerpo en las acciones del hombre.
Por medio de ella, avivándola o adormeciéndola, se acerca o se aleja el hombre de su verdadera razón de ser, siendo imagen de Dios o de bestia.

"Del cambio de conciencia"

El elemento de cambio en el hombre, no es el producto de sus temores, o de sus aspiraciones materiales. Nada se obtiene por la fuerza, o por el halago.
Lo que verdaderamente lo eleva por encima de sus limitaciones animales, es la intención de alcanzar un grado más elevado de su conciencia.

"De las diferencias"

Es fácil comprobar la diferencia existente entre el hombre que fundamenta su conducta en las experiencias espirituales que la Biblia le muestra, en comparación con la de otro, que sólo forma sus valores sobre la base de la característica animal que las sociedades laicas sustentan por naturaleza.
El uno, sólo acepta valores espirituales nacidos de la fe en los hombres ejemplares que la Biblia le señala.
Para éste solo existe el lado luminoso de las cosas.
El otro, sólo acepta lo que sus ojos, puramente carnales, le muestran, de lo que no toma ningún valor o principio moral o ético.
Para éste nada que no sea material existe, él no puede ver el fondo oculto ante sus limitados sentidos.

"Del entendimiento"

Si no somos capaces de entender a los que son movidos por una ley, "cualquiera que esta sea", a los cuales debemos comprender y perdonar sin inculparlos o castigarlos,
tampoco podremos entender que, en nuestro caso, "otras leyes" nos mueve a nosotros y jamás podremos comprender y perdonar a aquellos, ni, mucho menos aún, ser perdonados, o siquiera entendidos por ellos.
Lo que hoy "parece ser", mañana dejará de serlo.
Por ello, es menester no hacer una ley de cada intento, ni de cada logro un elemento sagrado, ya que esto nos puede impedir, posteriormente, seguir escalando nuevos niveles del monte de la santidad.

"Del monte de la santidad"

Todo aquello que impulsa al hombre a mejorar su condición presente en el sentido espiritual, puede ser considerado como proveniente de Dios, que está representado como en las alturas de un monte elevado, desde el cual provienen las voces que nos llaman a Su encuentro.
Todo ideal, es un monte de la santidad que nos llama a sus alturas con vehemencia divina.

"DE LA FE Y LA DUDA"

La fe es la madre de las grandes y verdaderas empresas.
En cambio la duda prohíja los fracasos más insólitos y destructivos que surgen del temor y la desconfianza.

"DEL BIEN Y DEL MAL"

La falta de conocimientos, así como la ignorancia, son la simiente de la duda y del temor, padre de la desconfianza.
Estas semillas, una vez sembradas, hacen brotar el árbol del bien y del mal, que representan el temor y la frustración.
Los frutos de este árbol son para odio y contiendas, siendo ello causa de muerte y destrucción para los que se alimentan de esta siembra malsana.
Todos los tropiezos y las tribulaciones del hombre provienen de las raíces de este árbol.

ECUACIÓN"

El temor y la desconfianza son al fracaso, lo que la fe y la esperanza al triunfo.

DE LOS PLANES"

Los acontecimientos que ocurren a diario, tienen una doble función:

  • Una, con relación al hombre, que los juzga de acuerdo con su efímera existencia.
  • Otra, con relación a Dios, cuyos planes impredecibles obran para perfección de su obra absoluta; en esferas fuera del alcance del hombre relativo.

"DE LA LUZ"

No hay un principio señalado para una forma de conducta y otro para la manera diferente de obrar, ya que el fin es el mismo para ambas. La finalidad perseguida, está establecida en el ejercicio de la voluntad divina cuando dijo: "HAGASE LA LUZ". En esta frase dejó establecida su radiante intención, ya que no señaló las tinieblas como meta de su mandato luminoso. Sirva esto para eliminar el orgullo y la soberbia del hombre cuando éste piense que tiene algo que le hace superior a su prójimo. El desvalido tiene, ante Dios, la misma importancia que el más destacado y enaltecido de los hombres, puesto que ambos son parte del mismo proceso.

"DE LO JUSTO Y LO EQUITATIVO"

Dios ha establecido que sean manifiestos todos los valores de las cosas, de manera que por la comprensión de lo inicuo, se obtengan los verdaderos valores de lo equitativo, señalando, de esta manera, la diferencia existente entre ambos valores, que, pareciendo similares, tienen grandes diferencias, puesto que lo uno señala lo otro.
Para que lo justo sea equitativo, tiene que mostrarse como injusto para los inicuos, de manera que puedan obrar siendo compensados, equitativamente, de acuerdo con su injusticia.
Esto, que parece ser un acertijo, resume el mas elevado, e imponderable atributo de Dios, que es el Amor, principio y fin de Su voluntad, manifiesta en el VERBO que obra en todo cuanto acontece.

  • Lo "equitativo" es sólo "lo necesario" para cada situación, "aunque no parezca sea lo justo".
  • La "Equidad" obra conforme al tiempo presente.
  • La "Justicia" procede de acuerdo con lo infinito de Dios.

"DE LA RESPONSABILIDAD"

Cuando el hombre tiene ante sí la responsabilidad de mostrar una condición específica, de acuerdo con un patrón determinado, debe ajustarse a esto, sin pretender rebasar el límite de su capacidad, pues pasará a ser un ejemplo de ineptitud, mostrando una falta de cordura para desempeñar dicha función. Para mostrar su eficacia, y llegar a ser considerado verdadero para el cargo, debe ser perceptivo a las enseñanzas provenientes de los niveles superiores, a las cuales debe prestar oído con el fin de llegar a ser apto para poder obrar en esos niveles de mayor envergadura, donde necesita de conocimientos superiores y de mayor trascendencia que los sustentados en los grados inferiores en que se halla.

"DE LAS CONFUSIONES"

Cuando todos los elementos reinantes se hallan en confrontación, cuando todos los signos sólo muestran anuncios de hallarse al borde de la confusión insalvable, siempre aparece el VERBO REDENTOR. Esto no es mas que la aparición de soluciones inesperadas, que, como anuncio de una majestad ineludible, reinante al margen de toda intención humana, presenta un hecho histórico, al parecer fortuito, que dándole la solución que cada situación necesita, por medio de sus ordenanzas al respecto, hecha a andar las ruedas de la creación, como si nada hubiera ocurrido para inquietar al hombre.

"DEL OBRAR"

Obrar por ignorancia, es errar por necesidad, ya que los frutos de esta actitud sólo sirven como instrumentos expiatorios.

"Soy cuando TÚ eres"

Cuando pienso que algo soy...
TÚ no eres.
Mas cuando pienso que TÚ eres...
Nada es.
Mas donde quiera que voy...,
soy lo que soy...
Porque sólo sé:
que soy... cuando TÚ eres.

"DE LOS OPUESTOS"

Fe
Esperanza
Humildad
Valor
Mansedumbre
Misericordia
Benevolencia
Fidelidad
Sinceridad
Comprensión
Perdón
Paz
AMOR
Duda
Desconfianza
Soberbia
Temor
Rebeldía
Crueldad
Ira
Traición
Falsedad
Indiferencia
Condenación
Guerra
ODIO

El furor es a la ira, lo que la esperanza a la paz.
En el primero se muestra la frustración de la rebeldía,
en el segundo se hacen manifiestas las bondades de la fe.

"DE LA FECUNDIDAD"

De todas las leyes naturales, la que más relación guarda con la idea de Dios, es la fecundidad, ya que de no existir las leyes regeneracionales de todas las especies, la vida cesaría como tal. Al detenerse la cadena reproduccional, el tiempo se detendría; nada nuevo tendría lugar para producir el devenir constante. Las causas dejarían de producir efectos, y los efectos dejarían de producir nuevas causas y nuevos efectos de la forma que ahora se manifiestan para formar esta dimensión de causa y efectos. El Universo es como una gran matriz, cuya fecundidad depende del semen generacional.

"DE LA PAZ Y LA IRA"

El furor es a la ira, lo que la esperanza es a la paz; en el primero se muestra la frustración de la rebeldía, en el segundo se hacen manifiestas las bondades de la fe.

"DE LAS RESPUESTAS"

La respuesta a las incógnitas que un corazón sin fe profiere, está asociada con los ojos carnales, que sólo sirven de luz opaca en lo que se refiere al espíritu.
Esta visión sólo puede ver muerte, donde en realidad se oculta la VIDA aguardando cruzar el velo del desierto insondable de la ignorancia que alimenta el pecado, teniendo que atravesar irremisiblemente las "cuarenta" jornadas expiatorias de la duda.

"DE LOS RAZONAMIENTOS"

El hombre tiene necesidad de controlar su racionalizacion.
Queriendo justificar lo injustificable, elabora sofismas asentados en falsas premisas que acepta con entera vocación.
Por eso afirmamos que:
La razón es el elemento más peligroso que atenta contra la fe.
Pero, es, a la vez, el aliado perfecto cuando se utiliza para alcanzar grados de comprensión espiritual mas depurados y cercanos a la idea de Dios y sus predicados de Amor.

"DE LO TEMPORAL Y LO INFINITO"

Lo temporal de la existencia humana es un velo que nubla lo infinito de la vida, señalando lo vano como real, así como intentando mostrar lo real como superfluo.
Sólo a través de la fe se pueden invertir estos valores al cerrar los ojos de la carne, para abrirlos al espíritu.

"DE LO INESPERADO"

Cuando todos los elementos se hallan en confrontación, cuando todos los signos se hallan al borde de la confusión y al colapso insalvable; siempre aparece el VERBO redentor.
Esto no es más que la aparición de soluciones inesperadas, que, como anuncio de una majestad ineludible, reinante al margen de toda intención humana, presenta un hecho histórico, al parecer fortuito, dándole la solución que cada situación necesita, por medio de ordenanzas inesperadas al respecto.

"DEL PERDÓN"

La enemistad, el rencor, la reserva, son como nubes que no permiten que la luz del amor irradie la paz que se desprende de sus influencias luminosas.
Cuando existen elementos que impiden la plena manifestación de la armonía, la unidad con Dios se ve afectada, ya que todo lo creado fue creado por Él; y como parte de Él, debe ser amado como lo que es, sin miramientos de ninguna especie, pues son, como Él ordenó que fueran.
Sólo hay una forma de alcanzar el retorno a la luz, y es, eliminando las nubes que la enemistad, el rencor, la reserva, etc., y todo lo que contribuye a la separación y al distanciamiento de las criaturas de Dios produce; ya que todas han sido hechas para ser "un sólo cuerpo", unidos por el amor de los unos para con los otros al decir: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo"
Esa forma de lograrlo es por medio del perdón:
(La palabra lo expresa de por sí, ya que perdón significa: Por el don, y éste, como don de Dios)
El perdón se manifiesta por medio de la eliminación de los elementos contrarios a la armonía y la paz entre todas las partes, de manera que pueda establecerse, con claridad, el amor.
El perdón es la llave que abre la puerta del conocimiento de la misericordia divina.

"DE LAS MURMURACIONES"

De todos los pecados, o errores, tal vez el más dañino es el de la murmuración.
La verdad no admite murmuraciones, ya que su claridad borra las tinieblas que puedan ocultarse en la intención incierta que hay en lo que se murmura a hurtadillas.
Todo debe traerse a la luz, de manera que nada oculto pueda entorpecer la marcha de cualquier propósito, permitiéndose que el error persista, o tal vez, y esto es lo peor, que la verdad no pueda manifestarse a cabalidad.
Hacerse eco de una murmuración es una forma de compartir la intención oculta de la misma, ya que se acepta sin tenerse la certeza de su veracidad, o de otra manera, mantenemos encubierta una supuesta maldad, como la murmuración asegura, ya que la verdad no se murmura, sino que se grita de júbilo ante ella.
En la Biblia, vimos a María, hermana de Aarón, recibir la lepra por murmurar contra su propio hermano Moisés; cosa que, sólo con la admisión de la culpa pudo ser restituida a salud, (salud espiritual sobre todo)
La murmuración es una forma de idolatría, pues se confía mas en las tinieblas que en la luz, símbolo del verdadero Dios.
El que murmura es como el que enciende un fuego extraño sobre el altar de Dios.
El que murmura recibe la lepra ignominiosa de la duda y no la depura rechazando su contaminación.
No se debe albergar la intención de algo que se teme manifestar abiertamente.
La verdad no acepta murmuración, sólo exposición es su propósito y finalidad.
El que murmura, se hace cómplice de una duda, compartiendo la oscuridad que no se hace manifiesta por temor a la verdad.

"DE LA ENVIDIA"

La envidia es la forma mas profunda y velada de la idolatría, ya que cuando se desea lo que no se tiene, y que otros poseen, se está pensando en que Dios no es capaz de proveernos lo que otros han obtenido por medios diferentes a los que nosotros tenemos.
Esto hace que deseemos seguir los pasos que otros han seguido y que nosotros no podemos seguir dadas nuestras limitaciones.
También hace que reneguemos de nuestras facultades, que son las que Dios determinó como las perfectas para el propósito que Él espera de nosotros y del cuales estamos inconformes.
Por envidia, el pueblo de Israel, deseando el confort y los placeres de las otras naciones, cayó en la lepra espiritual de las idolatrías, terminando por corromperse siendo víctima de servidumbre y esclavitud, perdiendo el reposo del Señor Dios.
Por envidia Saúl perdió su reino, al envidiar a David, que por su humildad y apego a las cosas del Señor Dios, llegó a reinar en Israel.
La única fuerza capaz de enfrentarse a la envidia, es la fe en que Dios sabe de lo que tenemos necesidad, y que si no nos lo ofrece, es porque no lo necesitamos.
La envidia corroe el sentimiento, terminando por matar la fe y la visión de las cosas de Dios.
"LA ENVIDIA ES CARCOMA DE LOS HUESOS"

"DE LA LIBERTAD Y LA ESCLAVITUD"

La libertad es un préstamo temporal que la existencia nos arrienda en tanto sabemos hacer uso de ella.
La libertad para escoger, junto con la paga de la selección, ambas obedecen a un mismo propósito, la perfección que Dios ordena.
Y así:

  • Escogemos estudiar o divertirnos.
  • Escogemos sanidad o degradación.
  • Escogemos abstinencia o promiscuidad.
  • Escogemos mesura o liberalidad.
  • Escogemos atención o descuido
  • Escogemos libertad o esclavitud
  • En definitiva escogemos entre la vida y la muerte.
Un paso en falso, un desliz, y ya no nos pertenecemos.
Desde ese momento pasamos a ser los esclavos de esa terrible circunstancia; que nos gobierna a su antojo, y nos conduce a donde ella quiere.
Sólo la misericordia de Dios, y el poder entender el mensaje encerrado en el suceso desafortunado acaecido, pueden evitar:
  • Que vuelva a repetirse.
  • Que sea confortado, o resuelto
O, por lo menos, que pueda surgir un alivio para la dura prueba, que, por medio de la experiencia adquirida, confiaremos obró solamente para enseñarnos el valor de la verdadera libertad, viviendo en Dios.

"DE LAS CRÍTICAS Y DE LOS ELOGIOS"

El que piense que él es mejor o superior a otro, sólo demuestra que está siendo igual o hasta inferior que aquel a quien menosprecia o desprecia.
Establecer una crítica con relación a otra persona es como tratar de considerarse diferente a la misma y, con sólo esto, se establece un principio de desamor contra la creación de Dios, ya que todo cuanto existe, es obra de Él, y sólo Él puede señalar cualquier deficiencia o excelencia de cada una de sus criaturas.
El juicio sólo puede ser establecido por medio de la conducta propia; sólo por medio de esto es que se puede demostrar las diferencias existentes. Debemos dejar que sea Dios el que señale dónde está la gloria, y dónde el descrédito: "Mía es la venganza, dice el Señor"
Hablar del prójimo, es como hablar de Dios. Lo que decimos de otros, lo estamos diciendo de Dios, que es quien lo creó, lo permitió y quien lo ha de juzgar en su impredecible manera. Que la propia conducta hable y juzgue.
Hay un mandamiento que resume todo lo dicho:
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" y cabe añadir, no menos, ni más que a ti mismo, sino "COMO" a ti mismo. Lo que no quieres para ti, no lo hagas a otros.
"LA BOCA DEL SABIO ES TUMBA DE MALES"
Dejad que los muertos entierren a sus muertos.

"DE LAS APARIENCIAS"

El hombre que busca a Dios debe mostrarse claro y depurado no sólo ante Dios, sino también ante la estimación de su prójimo, que es la criatura de Dios.
No es suficiente que el hombre tenga una conciencia pura.
Es menester, a la vez, que se esfuerce en mostrar sus actitudes y su conducta en general de una forma irreprochable y libre de toda sospecha ante sus semejantes.
El hombre que busca alcanzar la presencia de Dios, debe evitar hacer cosas que parezcan sospechosas, manteniéndose libre de murmuraciones y comentarios.
Debe evitar, a toda costa, cualquier posibilidad de verse envuelto como cómplice de situaciones conflictivas ante la idea de Dios.

"DEL REBAÑO"

Para conservar la unidad del rebaño, o sea para mantener unidos a los seguidores de una doctrina o ideal de cualquier índole, es necesario proveer a los fieles con una cobertura ideológica que les prometa paz y seguridad.
Hay que asegurarles beneficios y bondades definitivas que les otorgue el reposo anhelado, anunciándoles a la vez, la certeza del triunfo y el logro de las aspiraciones supremas
Para lograr esto, primeramente el pastor debe preparar la majada por medio de su esfuerzo y dedicación personal, aprendiendo y entregando su vida al cuidado de sus ovejas. Enfrentando toda situación, por difícil que sea, con verdadera devoción y fe en las posibilidades del rebaño. De manera que las ovejas brinden fidelidad al pastor, para que, juntos, alcancen la finalidad perseguida.

"DE LA ESPERANZA"

LA ESPERANZA DURA MIENTRAS HAYA UNA ILUSIÓN QUE LA SUSTENTE.
Cualquier falsedad, o un temor que siembre una duda, hace que todo se desvanezca como una columna de humo tras un incendio.
La fe es la esperanza de las cosas que no se ven, La certeza de lo que se espera.
sin fe, no hay esperanza

"DE LOS ERRORES"

Los errores del pasado, cuando son analizados cuidadosamente para no repetirlos, son la base fundamental de los logros y de los aciertos futuros.
Una vez concienciados, éstos se pueden convertir en la roca sólida donde se ha de edificar la paz y el reposo futuro.
El desmayo ante la incertidumbre de lo desconocido que produce tropiezos y dificultades, puede ser el inicio del fin, donde la debilidad sólo acarrea mayores errores.
Hay que dejar reposar los errores para que despierten en un nuevo nivel más depurado pasando a ser parte de la conciencia.
Como el mosto se añeja cuando se le vigila afanosamente, así la conciencia crece, hasta convertirse en excelente vino.

"QUIEN BUSQUE SU VIDA LA PERDERÁ"

Todo cuanto hacemos está ante Dios como supremo juez de nuestras acciones.
Cuando le buscamos a Él, debemos olvidarnos de nosotros.
Nuestros temores y nuestras aspiraciones son un velo que difícilmente permite que la luz se manifieste en todo su esplendor.
Si pensamos en nuestra salvación, puede que peligre la de nuestro prójimo.
Es preferible arriesgar la nuestra pensando en la de aquel que arriesgó la suya para vivificar la de todos nosotros.

"DEL MODO DE VER LAS COSAS."

El pensamiento es la raíz de la condición humana. Es necesario pensar y meditar profundamente para acercarnos más a la perfección que éste señala.
Pero si lo que se piensa está relacionado sólo con lo que se teme, o lo que se desea, entonces todo lo que se consigue obtener es producto del temor o del deseo y entonces sólo veremos amenazas, decepciones y tragedias a nuestro alrededor, haciendo un infierno de la existencia, aunque estemos rodeados de bondades y beneficios.
Todo pensamiento debe provenir del valor y el sentir que la fe en Dios imparte para que sólo se presente ante nuestra visión, confianza y esperanza dirigidas a lo más íntimo de nuestro sentimiento.
Esto hará de nuestras vidas un paraíso, aunque estemos rodeados de maldades y perjuicios.

"DE LA VIRTUD Y LA TORPEZA"

El temor es la forma inicial de la conciencia.
Por medio del temor es que se practican las cosas que de otra manera no habrían de conocerse por su ausencia.
El carácter de la ley es temible y tiene que ser impuesta por la fuerza. De no ser así no habría de conocerse la diferencia existente entre la virtud y la torpeza; entre lo eficaz y lo fallido.
De no conocerse lo falso, no habría conciencia absoluta de lo genuino y verdadero.
El principio de la conciencia es el temor a los resultados de la inconsciencia que deberán ser reprimidos.

El principio de la sabiduría es el temor de Dios
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

"DE LA IDEA DE DIOS"

La idea de Dios o el principio de la existencia de una naturaleza superior, que tiene una condición armónica, pacífica y perfeccionante, debe ser estudiada y meditada profundamente para tratar de entender a qué se refiere este concepto.
Después de tener una idea de ello, aunque sea muy elementalmente, debe vivirse "conectado" a la misma todas las horas del día. Utilizándola como base de toda actuación, por muy insignificante que ésta sea.
Sólo así se podrán sentir los efectos reales de esa naturaleza en acción; comprobando que la misma responde a lo que promete.
La promesa a que ello se refiere es, el alcanzar el reposo de Dios. Entonces toda presión deja de existir, y las que existen son sólo para ascender más en el conocimiento de esta maravillosa y luminosa fuerza que todo lo muestra con claridad suprema.

"DE LA RAZÓN Y EL PENSAMIENTO"

No es suficiente conque el hombre razone y medite sus acciones.
Es necesario que la meditación y el razonamiento tengan una base fundamental, nacida de la fe en una condición mas evolucionada que la que éste posee para que el resultado de su pensamiento no sea degradante.
Cuando lo que se razona está influenciado por una necesidad, nacida de una carencia, o por un temor, se corre el riesgo de estar cayendo en el error de estar presionado por los deseos, que lejos de razonar, racionalizan lo que se quiere poseer y controlar, terminando por hacerse lo que se quiere y no lo que se debe.
La razón es un don divino y como tal tiene que estar basada en esa condición cuando se quiere razonar en forma debida.
Una cosa es el pensamiento y otra es la razón, todas las especies piensan, sólo una, a saber, razona.
Dios es la razón de todas las cosas.
08/08/97.

"SI LA SEMILLA NO GERMINA NO HAY FRUTO"

Cuando el hombre del mundo, movido por principios materiales intenta defender su ideología y no encuentra los resultados que espera obtener con ello, su razón se turba. Esto hace que se presente la duda y la desconfianza de las actitudes que él practica.
Cuando ya se han agotado todos los medios que los bienes materiales proveen sin obtener resultados positivos, surge el pánico y la desconfianza de si se anda o no por los caminos correctos.
Es entonces que se opta por la evasión o la fuga de su realidad, recurriendo a cualquier salida que parezca acertada con tal de rehuir el problema que quema en su mente.
Como el animal que escapa del fuego al cual teme y rehuye, se aferra a cualquier medio que le "distraiga y entretenga", entregándose a todas las formas del vicio para calmar su ansiedad. Come en exceso, fuma, bebe, juega, toma drogas, el sexo se torna activo y errático, en fin, todo lo que le haga olvidar sus miserias se hacen una necesidad.
Culpa a sus semejantes de sus errores y sufrimientos y sigue cualquier ideal, generalmente basado en el odio, que le prometa compensación o tal vez un castigo contra aquello que él odia.
Esta es la semilla de las guerras y las pasiones asesinas que lanzan a un hombre contra otro, apoyándose en cualquier motivo por simple que sea.
Ello se manifiesta en cualquier terreno. En la sociedad, en la casa, en lo más intimo de su ser. Combate y arremete contra todo lo que no cumple su voluntad y echa por tierra todo principio en aras de una victoria, que al final sólo es derrota.
Así el gobernante esquilma a los gobernados, el esposo engaña a su cónyuge o viceversa, el padre castiga a los hijos, los hijos desobedecen a los padres, el amigo traiciona a su compañero y en esa misma medida la cadena se cierne cada vez más poderosa sobre el corazón y la mente de los que son movidos por una naturaleza, que lejos de ser natural del hombre, es propia de los animales.
Si estando en esas condiciones observa a otros que no siguen sus mismos caminos, los combate y los persigue para exterminarlos, alegando que ellos son la causa de sus males, sin aceptar que el verdadero enemigo marcha dentro de su sistema y que le destruye internamente, eliminando sus defensas humanas, las cuales de una forma u otra son derivadas del sentimiento espiritual de la idea de un Ser Supremo que representa la perfección Absoluta y que conlleva la condición específica del amor de los unos a los otros.
Estas sentencias que vemos a continuación no son una solución, pero pueden ser el estímulo suficiente para tratar de abrir el sello que opaca nuestros sentidos y nos hace ver paz donde no la hay.

  • La paz y el reposo del hombre no se encuentran en lo que le rodea, sino en su propio interior.
  • Tratar de cambiar a los demás en lugar de cambiar personalmente es como pretender que el fruto no dependa de la semilla.
  • Si la semilla no germina, no hay fruto.
  • La semilla del hombre es la palabra de Dios, sin ella no hay fruto.
  • Cualquier solución que no venga de esos confines íntimos del espíritu, solo es un paliativo, una sinecura que fermenta la semilla, pero no la hace fecundar.

07?01/2002

"DE LOS FALSOS VALORES"

Tres cosas, a saber, pugnan contra la verdadera conciencia del hombre, señalada para ser a imagen y semejanza de Dios.

1.- DEGRADACIÓN CARNAL O INCONSCIENCIA.
2.- SUPERCHERÍA O FALSA RELIGIOSIDAD.
3.- RACIOCINIO INTELECTUAL O AUTOSUFICIENCIA.
La primera, producto de la falta de entendimiento. La ignorancia conduce a todas las perversidades y violencias que pugnan contra la instauración del amor espiritual entre los hombres. Esto es causa de grandes dolores y tribulaciones al no poder sentir las bondades del espíritu. Los tales merecen la compasión y la misericordia de los agraciados con el don de la fe.
La segunda, producto de la falta de comprensión de la naturaleza divina y sus atributos. Esto hace pensar al hombre que hay formas de obtener el poder de Dios por medio de vanas posiciones externas de afectación religiosa. Estos piensan que existen poderes capaces de violar la justicia divina. Esto parece ofrecerle al hombre ventajas que no se merece y que puede obtener por medio de actos concebidos sin fundamentos, producto de su elaborada conciencia. Así se entregan a prácticas supercheras que le alejan de la conducta perfecta, la cual fue señalada por los hombres seleccionados por Dios para ese propósito.
Y por último la auto estimación de unos sobre los otros. Unos se consideran superiores a los otros, por el sólo hecho de haber tenido acceso a la cultura establecida, y a posiciones sociales ventajosas. No entienden que Dios les dio esa facultad, sólo para obrar en la formación del hombre de acuerdo con sus especificaciones requeridas.
09/02/97

"DEL VALOR DE LA PALABRA"

Si las palabras, que representan acción in manifiesta o esencia espiritual, no encuentran donde manifestarse, donde poner en práctica lo que ellas encierran, sería como si no existieran, sería igual que si no se hubieran escrito.
Una energía sin cuerpo donde manifestarse, es similar a un cuerpo sin energía que lo anime. Ninguno de los dos tiene vida de por sí sin el otro. Ambos estarían muertos y condenados a la desintegración conducente al polvo de la nada eterna.
De esta forma, si las palabras de las escrituras y los múltiples mandamientos que Dios ordenara, que son energía de vida para el hombre, no encuentran cuerpo donde manifestarse, es como si no existieran y fueran letra muerta que habría de desaparecer eventualmente.
De igual manera el hombre, sin el espíritu de vida encerrado en las palabras de la Biblia, está muerto y sólo sirve para convertirse en el polvo inútil de la nada eterna.
09/07/97.

"DE LA CONCIENCIA MESIÁNICA"

Israel representa simbólicamente la antesala de la conciencia mesiánica.
Para poder alcanzar la condición perfecta del espíritu y llegar a ser "hijo de Israel" para luego poder llegar a ser Hijo de Dios , es menester, primeramente, depurar todos los atributos y reclamos de la carne. Hay que tener "plena convicción" de los resultados nefastos de la misma y de su inutilidad; para luego, con este conocimiento, tener la facultad y el poder de abandonar los reclamos de la misma sin sentir el deseo de retornar a ella y sus esclavizantes compulsiones.
Para ello es la ley la encargada de ir mostrando la naturaleza del error que hemos llamado pecado.
Es necesario que el hombre atraviese todo lo concerniente a la ley de los ritos, sin dejar de tener conocimiento de siquiera "una coma ni una tilde de ella", antes de poderla desechar, ya que estas son las aspiraciones de la conciencia mesiánica y sus ofertas de mayor relieve y sustancia infinita.
Por ello se le ha dado a Israel, esto es, "a los seguidores de la idea de Dios", oídos sordos para que no oigan, y ojos con que no vean y se conviertan.
Dios ha sujetado a todos en desobediencia para tener misericordia de todos.
El que tenga oído que oiga y el que tenga ojos que vea y sea convertido.
01/06/98

"DE LA RELIGIÓN"

La religión es como una forma de soporte "temporero" al intento del hombre de sustituir su estado inconsciente de servidumbre pasional por la libertad del estado consciente espiritual que el hombre debe alcanzar.

  • Ella sirve de "puente", a la vez que de barrera, entre ambas actitudes.
  • Por una parte reprime al hombre inconsciente con castigos mientras que por la otra señala un premio para estimularle a que ascienda a niveles más elevados de la conciencia espiritual.
  • De esta manera, eventualmente, a su tiempo, el fiel religioso se liberará de las ataduras pasionales, "obligado o motivado" por los lazos doctrinales.
  • Una vez éste haya alcanzado el nivel suficiente de elevación espiritual o conducta consciente suprema, ya no será necesario el aguijón de la fuerza o castigo, ni el estímulo del soborno o premio.
  • Entonces se manifestará en el hombre su "verdadera condición de libertad consciente".
  • Será positivamente "humano".
Definitivamente, el hombre sin conciencia, sin espiritualidad, necesita la vara de la religión.
  • La ley es el ayo o tutor que conduce al hombre hacia la gracia del Espíritu Santo de Dios.

"Buscando la presencia de Dios"

La animalidad del hombre debe ser eliminada para que se manifieste su humanidad.
El hombre aún no está convencido de que el respeto a los mandamientos de Dios producirá la convivencia ideal haciéndole apto para vivir en paz y en armonía con sus semejantes. Eso le hace sentirse incapaz de cumplirlos.
El hombre quiere que otros los cumplan pero busca estar exento de ellos.
Los mandamientos de Dios son sólo el primer paso para la conquista de la tierra prometida en el espíritu.
En tanto el hombre no acabe de comprender que los mandamientos no se deben cumplir por temor a un castigo sino que son la llave que abrirá su verdadera naturaleza divina, éste estará esclavizado a su naturaleza animal.
La presencia de Dios en el hombre es una fuente inagotable de amor y esperanza que le hace mirarse hacia dentro, con miras a entregarse hacia fuera.
Hay que atreverse a cumplir los mandamientos a cabalidad (todos ellos) para entonces poder comprobar el regalo que Dios le ha hecho al hombre.
No importa que otros no los cumplan, no dejes tú de hacerlo. Entrégate a Dios hoy mismo.
Este es el primer paso para alcanzar la visión de Dios en toda su gloria.
Ver Éxodo 20:1-17 (Cerciórate que los has leído a cabalidad, hazlo ahora)

"Del tiempo del SER o no ser"

Para captar esta meditación debemos, primeramente, reconocer que para Dios no hay tiempo ni espacio. Debemos sustraernos de nuestro espacio físico corporal para colocarnos en un espacio ajeno al que nos rodea. Sustraer nuestra mente de donde estamos y apartar lo que creemos que somos. En esta actitud abstracta, meditemos. Todos los hechos que vemos ocurrir en esto que llamamos la vida, existencia, o realidad, están siendo representados a la vez "espiritualmente" en un ámbito infinito, diferente, pero con el mismo tiempo espiritual.
Cada tiempo o forma representada, obrando como una cadena o formación de hechos, se efectúa en todos los ámbitos y los tiempos espirituales de acuerdo con los elementos que necesitan ser probados hasta la saciedad. Esto quiere decir que la causa o razón que ocasiona un hecho, se repite constantemente, tantas veces es necesario que ocurra, hasta tanto se llegue a la compleción del tiempo señalado para la plena manifestación del mismo. Cada vida, o tiempo, o mejor diremos: cada período de nuestra existencia se manifiesta en diversas formas y características diferentes, obrando en diferentes espacios o tiempos, que podemos llamar ciclos o épocas si así lo queremos.
Por eso al hablar del "tiempo del fin" en la Biblia, se está haciendo referencia al momento en que todos los hechos necesarios para lograr el propósito de "la obra de Dios", han arrojado SU resultado en todos los tiempos, siendo "aprobados" (Santificados) perfectos. Sólo los efectos de las causas que cumplen con los requisitos del tiempo final; donde no hay más tiempo ni espacio que cumplir y sólo el espíritu permanece en su condición perfecta e invariable, donde el tiempo es infinito, como presencia de Dios, se puede decir que se ha llegado "al tiempo del fin".
Por esto, lo que tenemos que entender es que el tiempo final es realmente el momento en que no sólo el espacio o tiempo que comprende la forma (o lo que llamamos nuestra vida) termina, sino que el tiempo que mide la duración de las cosas en evolución hasta su perfección también deja de ser, llegamos a nuestro tiempo final.
La manifestación posterior a esa sintaxis o depuración permanente, es desconocida para el hombre en tanto éste esté sujeto a dicho tiempo y espacio.
Cuando el hombre abandona los reclamos de su tiempo (por llamarlo de alguna forma) o sea que deja de ambicionar las cosas materiales que le rodean, aceptadas hasta ese momento como lo único verdadero, éste entra en una nueva dimensión de valores que no está relacionada en forma alguna con la dimensión del tiempo anterior (etapa de imperfecciones materiales) siendo, por tanto, residente de un nuevo ámbito o tiempo, o como pudiéramos llamarlo en término bíblico, vive en un nuevo mundo, dejando de ser parte del mundo presente para habitar en un tiempo más avanzado. Con leyes relacionadas con ese nuevo tiempo.
Con aspiraciones de nuevos niveles más elevados de la conciencia. Acercándose a lo que se conoce como "la promesa", que es el tiempo en que el hombre deja de ser carne actual, para habitar en espíritu eterno; presente ante la magnificencia de lo presente como parte de la creación de la cual "toma y entrega" todo lo vivido. Convirtiéndose en una imagen del VERBO en esencia, comprendiendo el rol que está representando en el ámbito en que actúa "imaginariamente". Donde habita coporalmente, pero al cual no pertenece, sino que "lo transita", por llamarlo de alguna manera.
Comprender este estado, llegar a sentirlo, es sólo un producto de la imaginación, motivado únicamente por la fe de estar en la presencia de lo inefable e incomprensible de Dios y en la grandeza de todo lo presente, viéndolo como una gota de agua en el inmenso océano de la existencia microcósmica, como parte del macrocosmos divino que percibe a su alrededor.

"De lo temporal ante lo infinito"

Los acontecimientos que ocurren a diario, tienen una doble función:

  • Una, con relación al hombre, que los juzga de acuerdo con su efímera existencia.
  • Otra, con relación a Dios, cuyos planes impredecibles obran para perfección de su obra absoluta; en esferas fuera del alcance del hombre relativo.
Lo temporal de la existencia humana es un velo que nubla lo infinito de la vida, señalando lo vano de este mundo como lo real, así como intentando mostrar lo real del espíritu, ahora invisible, como superfluo y vano.

Sólo por medio de la fe se pueden invertir estos valores al cerrar los ojos de la carne, para abrirlos al espíritu ante la presencia de Dios.
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