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"Esta es una interpretación simbólica del libro del       "Génesis" 
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DIOS O íDOLO

PRIMERA PARTE:

El hombre tiene una razón básica y primordial de su existencia. Tiene que evolucionar hacia un estado de perfección tan depurado que lo ha de llevar a actuar movido plenamente por una razón "absoluta", superior a él mismo, y que es su condición más avanzada. No debe estar regido por su instinto, que no es más que un tránsito de su naturaleza animal primitiva.

La Razón Absoluta representa el balance de la creación en un equilibrio común. Toda la creación está sostenida por el balance de todas las partes como "una sola". De esta forma, la concordia de cualquiera de estas partes, depende de la armonía común de todas.

Esto lo podemos asociar con la idea de lo que llamamos Dios.

Así, la actitud o razón del hombre ser, está regida por ese principio armonioso.

El fin implícito de todas las cosas, que el Orden Absoluto gobierna, es la armonía y la unidad equilibrada de todos los elementos, en el orden maravilloso que la Razón Absoluta pone ante el hombre.

Este ejemplo, grandioso y sorprendente, de los elementos que giran en el espacio sin perder ni una infinitesimal fracción de la perfección que los gobierna es una muestra verdadera del AMOR.

Esta interpretación, amplia y compleja, señala como "discordia" a cualquier actitud que no esté encaminada a la armonía común de todas las partes que componen el UNO Absoluto (Dios).

Aún las formas más sutiles de conducta y que, hasta a veces, son consideradas como "las más elevadas", resultan ser discordantes, ya que, en el fondo, se confía en algo que no es lo supremo y absoluto.

Éstas formas llevan implícito algún sentimiento personalista que eventualmente degenerará en perdición, ya que se pierde el sentido de orientación correcto hacia el fin perfecto del UNO (Dios) para seguir la ruta hacia la soledad irremisible que aguarda al final del individualismo.

Cuando algo obra en detrimento de esta condición es "Idolatría", ya que se sustituye a Dios por otros valores en los que se confía más que en el poder de la conducta nacida del amor que inspira la idea de Dios.

Un ídolo elemental puede ser un palo, una piedra o cualquier forma fantasiosa a la que se le quiera atribuir "caprichosamente" el poder de brindar un beneficio individual.

En la medida en que la mente humana va tomando vuelo en sus concepciones de las cosas, esta primera interpretación elemental del ídolo ha ido adquiriendo una nueva forma, depurándose, etapa tras etapa, hasta alcanzar las concepciones que hoy podemos advertir con una mente más avanzada, y que aún aguarda interpretaciones más elevadas por las mentes de generaciones por venir.

Hoy un palo, una piedra, o una estatua cualquiera, a la que se adora y de la cual se espera obtener bondades, representando una idea falsa de Dios, son figuras aceptadas como "ídolos" por una gran mayoría de los hombres.

En cambio, el dinero, la fortaleza física, el amor supremo a los hijos o hacia un ser querido por encima del Todo, o la veneración de un líder al que se sigue a pesar de ciertas reservas de conciencia, no son interpretados como ídolos; siendo esto algo a lo que realmente se venera por sobre el amor primordial hacia la armonía general de todo lo creado y lo por crear (Dios).

A veces, hasta las formas más depuradas del misticismo ascético, son en realidad ídolos que, inadvertidamente, atentan contra el TODO al buscar LA SALVACIÓN PROPIA. Casi en la generalidad, se acepta y no se piensa si los malvados (que también son criaturas de Dios) y que sirven también a un propósito común establecido por Él, son arrojados al lago de fuego y azufre (hablamos en términos bíblicos).

Se aprueba una concepción apocalíptica del fin de todos los hombres, "menos del fin nuestro", siendo eso lo más terriblemente adverso en esta concepción.

No se piensa que Dios es el amor común y que sólo predica LA SALVACIÓN DE TODAS LAS CRIATURAS, ya que fue Él quien las creó y las hizo como estableció que cada una fuera; sino que creemos, vanamente, que es NUESTRO SALVADOR PERSONAL.

Éstas son algunas de las formas sutiles de IDOLATRÍA, pues no se adora al Dios verdadero de AMOR y PERDÓN, sino a una imagen ideal de Dios, distorsionada por la condición carnal de las interpretaciones humanas.
"No tendrás otros dioses delante de mí, no harás para ti escultura, ni semejanza alguna de lo que esté arriba en el cielo, ni en la tierra, ni te inclinarás a ellas, ni le darás culto, pues yo solo soy Dios. (Ex: 20:3)

Continúa...

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